Traductor: David Menendez BarreiroRevisor: Sebastian Betti Crecí en una villa pesqueraaislada en la costa de Maine. De niño solía echar una mano a mi vecino en su patio. Mi vecino era Theodore Enslin, un poeta. Un día yo estaba apilando leña y Ted dijo: "Por como apilas la leña serías un gran poeta". (Risas) Ted no lo sabía, pero por entoncesyo había escrito algún poema. Tendría 11 o 12 años, así que me tomé sus palabrasal pie de la letra; eran muy alentadoras. Solo había un problema, no tenía idea de loque me quería decir. Theodore Enslin fue un poeta prolífico. La Poetry Foundation estima queescribió unos 60 libros de poemas, pero estoy seguro de que fueron unos 100. Conocía gente a la queyo consideraba leyendas: Allen Ginsberg, William Carlos Williams,Martin Luther King Jr. Cabe destacar que también estudióbajo la tutela de la profesora y compositora francesa Nadia Boulanger. Ella le enseñó acerca dePhilip Glass y Aaron Copland. "Por como apilas la leña serías un gran poeta". Suena a proverbio budista, ¿no? (Risas) Y, hasta cierto punto, es enlo que se ha convertido para mí. Continué con mi carrera como escritor; escribo poesía, soy el editorde Eater Portland, escribo artículos de viajes culinariospara la revista Northwest Travel, he participado en 11 librossobre viajes culinarios y soy editor de desarrollo, lo quees una manera fina de decir: "Ayudo a gente a escribir libros". Si algo he aprendido es que escribir es más durode que lo que nunca imaginé. No soy yo solo. Cualquiera que haya intentado escribir un libro ha pasado por ello. Eso incluye a grandes autoresa los que amamos. George Orwell, por ejemplo, dijo una vez: "Escribir un libro es un esfuerzohorrible y agotador". También dijo alguna otra cosa. (Risas) Más concreto aún, Philip Roth dijo: "El camino al infierno está pavimentadocon trabajos sin terminar". (Risas) ¿Qué hace que algunosescriban grandes libros y otros ni siquiera lleguen a acabar uno? Como editor de desarrollo trabajo con mucha gente inspiradora. Mayormente con psicólogos, gente con ideas brillantes. Por desgracia una idea brillanteno equivale a un libro brillante. De hecho, las ideas estorbana la hora de escribir. Esa es una de las cosas más difícilesde aprender al empezar a escribir, porque todos empezamos como lectores. Y no elegimos un libropara ver un puñado de palabras, lo elegimos para que nos inspiren esas maravillosas historias quecontiene y sus ideas reveladoras. Pero a la hora de escribir, esa no es la mejor manera de pensar; no es la historia completa. Palabras y escriturason cosas diferentes y operan bajo sus propias reglas. Afortunadamente, esas reglasson compartidas por otras tareas, como la de apilar leña, tronco a tronco. Pero antes de dar algunos ejemplosprácticos sobre cómo escribir un libro, voy a dar otro ejemplo de cómo los librosestán hechos de palabras, no de ideas. Debería mostrar cómo las palabrasson objetos, y así pueden ser vistas. Además es muy atractivo. No estamos seguros de cuándoempezó el ser humano a escribir, pero las primeras evidencias vienenaproximadamente del 3000 a.C. con los antiguos sumerios y egipcios. Estas son palabras importantesque se tallaron en piedra. Por ejemplo la Piedra Roseta; otro ejemplo son las tumbas egipcias. Estas son palabras de una épocaen la que reyes y faraones pensaban que las palabras eran mágicas. Pensaban que podíaninsuflar vida en las cosas. Escriben la palabra "pájaro",alguien pasa y la lee y se vuelve viva en su mente. De repente piensan en un pájaro volando, o asado para el díade Acción de Gracias. Así que reyes y faraones sabíanque la escritura era tan poderosa que no podían dejarhacerla a cualquiera, por lo que solo los escribaslo tenían permitido. Eso significa que el restode la sociedad era analfabeta. Sin embargo, los arqueólogos han halladopruebas de que amaban las palabras. Encontraron estas vasijas conpalabras sin sentido escritas en ellas. Son palabras sin sentidopertenecientes a analfabetos, y tenían más valorque las vasijas normales. Si lo pensamos, las cosas no han cambiado. Muchos de nosotros seguimos haciéndonostatuajes con palabras extranjeras que no sabemos leer. (Risas) Ya sean caracteres chinos o sánscrito, a la gente les encantanlas palabras por ser palabras. Así que construyamos un librousando palabras, no ideas. Tratemos la escritura comoel proceso físico que es. Un gran modo de comenzara escribir un libro es visualizarlo ya escrito en la librería. Eso significa que yahan terminado de escribirlo, se lo han vendido al editor, lo han impreso, y está a la venta, así que pensemos, ¿en qué sección de la libreríase encuentra el libro? ¿Qué otros libros tieneal lado en la estantería? Visualizando su libro ya terminado han decidido su género y su competencia. Ya que hablamos de crear un libro,deberíamos mirar de qué está hecho. La media de los libros de no ficciónes de unas 70 000 a 90 000 palabras. Se compone de una introducción,un nudo y un desenlace. Estos son los bloques fundamentalesa la hora de escribir un libro. El siguiente paso es decidirla longitud que va a tener. Se puede usar la metáforade la leña para esto. En Maine, mucha gente calienta sus casas solo con leña. Esto significa que hay que estimaral principio del invierno cuánta leña se va a necesitarpara que no se acabe. Si hacen una mala estimaciónse arriesgan a quedarse congelados. Lo mismo se puede decir de los libros,aunque no de forma tan terrible, excepto en el caso de George Orwell. Como si nos preparáramospara el invierno en Maine, traten de estimar cuán grande es su idea. Si es una idea muy grande, a lo mejorhacen falta 100 000 palabras. Por poner un ejemplo real, "Wild", de Cheryl Strayed,tiene unas 129 000 palabras. Si es una idea pequeña, quizás 60 000. A lo mejor hay un límite de tiempo, a lo mejor pueden dedicarle10 horas semanales y quieren publicar el libroel año que viene. A lo mejor su libro tendría que tenermás bien 30 000 palabras. "Los cuatro acuerdos", un librode autoayuda, ronda esa cifra. Por tanto, un número exacto de palabrasno es tan importante como una estimación, porque prueba algo. Prueba que su libro no es infinito. Prueba que hay un límite en la duración. Más importante, pruebaque lo pueden terminar. No infravaloren la importancia de esto. Una vez tengamos una estimación del númerode palabras podemos empezar la estructura. Me gusta ver ese número como una habitaciónde dimensiones concretas. Eso significa que todas sus ideastienen que caber dentro. Veamos un ejemplo. Pongamos que queremos escribirun libro de unas 70 000 palabras. Vamos a centrarnosen tres ideas principales. Como ya hemos dicho, va a teneruna introducción y un desenlace. Digamos que entre introducción ydesenlace se alcanzan las 5000 palabras. Eso nos deja con 60 000para desarrollar la idea. Ya hemos creado un marco;la estructura se va formando sola. Una de las cosas que Tedapreciaba de cómo apilaba leña era el hecho de que tenía en cuentalos diferentes tamaños de los leños. Algunos eran tan grandes como árboles,otros eran ramas y tenía que asegurarse de quetodo entrara en la cabaña, o de lo contrariose le terminaría la leña. Así que yo siempre poníalos troncos más grandes y luego rellenaba los huecoscon trozos más pequeños. Exactamente la misma idease aplica al escribir un libro: hay que encontrar las ideas principales,las más grandes e importantes, y rellenar los huecos alrededor. Pensando de nuevo en términos espaciales, ¿es esta idea mayor que las otras? ¿Esta idea va primero? ¿Esa otra al final? ¿O debería ir en medio? De nuevo, más estructura. Se puede usar la misma forma de trabajar de mayor a menor para seguir expandiendoel esquema del libro. Usaré un ejemplo real. He trabajado recientementecon un psicólogo que estaba escribiendoun tratado de psicología ofreciendo un tratamiento a los traumas. Su enfoque se basaba en cinco principios, e, inteligentemente,quiso estructurar su libro, así que dijo: "Voy a dedicar un capítulo a cada principio". El único problema era queuna vez empezaba a escribir se quedaba bloqueado y no podía meter las ideas enel espacio que les había asignado. Entonces me llamó y le dije:"¿Por qué no simplificamos esto? ¿Por qué no lo hacemos más fácil? Voy a crear una estructura quepuedas usar en los cinco capítulos". Parecía demasiado fácil,era como hacer trampa. Dije: "Empecemos..." Esta es la estructura que ofrecí: comenzar el capítulo introduciendo el tema, mostrar el conocimientoactual sobre dicho tema, mostrar por qué ese conocimientoes limitado y ofrecer una solución; en este caso, ofrecerel principio que él proponía. Parecía ridículamente simple, pero tan a menudo tomamosel camino difícil para escribir un libro en vez de tomar el fácil. El secreto es que escribir ya es lobastante difícil, no lo compliquemos más. Si ven una opción fácil, tómenla. En el centro de todo libroyace esta fórmula: formular una pregunta, emprenderun viaje en búsqueda de la respuesta, encontrar la respuesta y, a partir de ahí,formular una nueva pregunta, proceder entonces al siguiente capítulo. En el corazón de prácticamentecada libro yace esta fórmula: pregunta, respuesta, nueva pregunta; problema, solución, nuevo problema; lucha, alivio, nueva lucha; curiosidad, saciedad, curiosidad. Para terminar, quieroenfatizar la importancia de dar al libro una estructuradesde el principio. No esperen. La estructura va antes de la voz y el estilo porque, a no ser que tratende imitar a alguien más, van a sonar como Uds. mismos. No se preocupen de eso. Ted me dijo una vez queno se preocupó de la voz hasta que llevaba la mitad de su carrera cuando alguien le dijo que tenía una. Se centraba en lo que teníaentre manos, escribir libros, algo que hacía increíblemente bien. También he notado que si trato deser listo o pensar demasiado, tropiezo. Yo ya tengo una voz, y Uds. también. Solo tienen que darle una estructuray escribir su libro; palabra a palabra, leño a leño. Gracias a todos. (Aplausos)