Traductor: Dania MéndezRevisor: Sebastian Betti En marzo de 2020, la pandemia por COVID-19sacudió a las economías de todo el mundo. Millones de personas quedaron desempleadas, muchos negocios lucharon por sobrevivir,y algunos no tuvieron tanta suerte. Por ello, los gobiernos lanzaron algunas de las ayudas económicas más importantes de la historia. Estados Unidos, gastó USD 2,2 billonesen la primera ronda de ayudas. ¿Pero de dónde salió tanto dinero? La mayoría de los países tienen un banco central que maneja todo el dinero y es independiente del gobierno paraque no haya interferencias políticas. El gobierno puede implementarnuevas reformas económicas como reducir los impuestos y crear trabajos gracias a proyectosde infraestructura pública, pero eso no pone más dinero en circulación. El banco central es el que decide cuánto puede circular en el momento. ¿Entonces por qué un banco central no autoriza la impresión infinita de dinero para ayudar a una economía en crisis? Lo podrían hacer, pero sería una solución a corto plazo. La impresión de dinero no necesariamenteestimula el futuro crecimiento económico y puede dañar a la economía. ¿Pero por qué? Cuando hay más dinero en circulación, las compañías que fabrican artículos como comida, ropa y autos podrían responder a la demandacon solo subir los precios de los bienes, en vez de fabricar más de estos artículos generando así más trabajos. Esto significaría que no podrías comprartanto con la misma cantidad de dinero, un fenómeno que llamamos inflación. Un poco de inflación, como 2% al año, es un signo vital de una economía sana,pero un número mayor puede ser peligroso. En las últimas décadas,los bancos centrales han experimentado con la llamadaflexibilización cuantitativa, donde se le inyecta dinero a la economía con un riesgo mínimode inflación severa. En este enfoque, un banco central aumenta el movimientode dinero comprando bonos de otra entidad. Cualquier persona puede comprar bonosde compañías o de gobiernos. Cuando compras un bonole estás prestando dinero a una compañía o a un gobierno, con la promesa de quete lo devolverán con un interés agregado. Por eso, cuando se están comprando bonos,se dice que se compra deuda. Cuando alguien compra un bono, está usandodinero que ya estaba en circulación. Pero cuando un banco central compra un bono, esencialmente crea dinero, da dinero que antes no existía,a cambio de bonos. En las crisis económicas de 2008-2009 y de 2020, el banco central de Estados Unidos,la Reserva Federal, compró bonos del gobierno estadounidense,llamados valores del Tesoro. Históricamente, mucha gente ha compradoestos bonos como una inversión segura, sabiendo que el gobierno los pagaríacon un interés agregado. Al inicio de 2020, la Reserva Federaljuró que compraría bonos infinitos, y que le prestaría al gobiernouna cantidad de dinero sin precedentes, dinero que el gobierno usó para financiar los apoyos económicos como cheques de estímulos y beneficios para los desempleados. Esto no equivale a la impresión de dinero, aunque puede sonar parecido. Gracias a la cotización de los bonos,al comprar tantos, la Reserva Federal pudo bajar el retorno, lo que incentivó a otros inversoresa comprar bonos de entidades menos seguras como PyMEs, para tener una mayor ganancia. El fomento de estos préstamos ayuda a las compañías a conseguir dinero para nuevos proyectos y empleos, ayudando así a la economía a largo plazoy ayudando al gobierno para que pueda darle dinero a las personasmuy necesitadas a corto plazo. La promesa de la Reserva Federalpara comprar deuda ilimitada ha generado muchas preguntasy especulación. En teoría, esto significa que el gobiernopodría vender más bonos que el banco central siempre compraría. El gobierno podría usar loque generó con nuevos bonos para pagar los bonos anteriores. El gobierno le deberíaal banco central, pero nunca le pagaría. Por este, y otros escenarios teóricos, algunos economistas han expresado preocupación por el hecho de que esta estrategia es una perturbación de un sistema diseñadopara proteger la economía. Otros insisten en que estas medidas son necesarias y que han ayudado a estabilizar las economías globales. Aunque la flexibilización cuantitativa se ha vuelto más popular últimamente, sigue siendo una estrategia nueva, cuyas consecuencias siguen en desarrollo.