En mi vida anterior como [br]entrenador de fútbol cuando ganaba [br]un campeonato nacional, todos querían jugar contigo. No es cierto. Cuando les pagan USD 25 000 [br]al año en becas, todos quieren ir [br]a jugar contigo. Y los padres siempre [br]acuden a mí y me dicen: "Bueno, mi hijo o hija, quiere [br]venir a jugar en su universidad, ¿qué tenemos que hacer? Ya saben, ¿qué buscan?" Siendo el profesor [br]socrático que soy, contesto, "Bueno, [br]¿qué hace su hijo o hija? ¿Qué hacen bien [br]que nos interese?" Sus respuestas típicas son, [br]bueno, que tienen una gran visión. Que son buenos de verdad. Que pueden ver [br]la cancha entera. O, mi hija es la jugadora más [br]rápida, nadie puede vencerla. O mi hijo es un gran [br]goleador zurdo. Realmente grandioso en el aire [br]y puede llegarle a todas las bolas. Entonces yo digo, [br]"Sí, no está mal; pero para ser bastante honesto, esas cosas son [br]lo último que busco. ¿Lo más importante? La autoconfianza". Sin esa habilidad y uso la palabra [br]habilidad intencionalmente, sin esa habilidad, no servimos [br]como jugadores de fútbol. Porque cuando pierden [br]visión o fe en sí mismos estamos perdidos. Uso la definición [br]de autoconfianza como la habilidad [br]o la creencia de confiar en uno mismo, [br]de realizar cualquier tarea, sin importar los obstáculos, [br]las dificultades, la adversidad. La confianza de que pueden [br]lograrlo, la autoconfianza. Algunos dirán: "Grandioso, [br]no la tengo, soy muy tímido. Nunca lo haré, bla, bla, bla". Y a partir de ahí, [br]empiezan a fallar. Pero uso la palabra habilidad porque creo que uno [br]se puede entrenar. Les mostraré un par [br]de formas de hacerlo. Espero me alcance el tiempo. No uso filminas porque mi charla [br]varía de aquí a allá. Así veremos qué [br]camino tomamos. La forma más fácil de [br]construir autoconfianza: no hay un botón mágico. No puedo decirles: [br]"Eh, este avión está cayendo, ¿quién lo puede volar? Levante la mano". "Yo puedo, [br]¡tengo la confianza!" (Risas) Repetición, repetición, repetición. ¿Cierto? ¿Cómo le llama Malcom Gladwell, [br]la regla de las 10 000 horas? No hay botón mágico. Recluté a un goleador de Colombia, [br]América del Sur un año. Grande, alto 1,90 m. Ya saben, tenía [br]manos de piedra. Pensé que era [br]como Flipper. Cada vez que le pateaba [br]el balón, abajo, al suelo. Estaba yo, Dios mío, [br]tenemos un problema. Solución simple: [br]usar la pared. patear la pelota [br]al muro y atraparla. patear la pelota [br]al muro y atraparla. Su meta fue 350 al día [br]durante 8 meses. Volvió y sus manos [br]estaban callosas. tenía las manos resecas, hoy juega en Europa. ¿Magia? No. Repetición, repetición, repetición. El problema está en que [br]esperamos tener autoconfianza pero no podemos a [br]menos que la habilidad o la tarea que hacemos, no sea novedad, no sea [br]nueva para nosotros. Queremos estar [br]en una situación en la que tenemos [br]tanta presión que, quiero decir, porque [br]la presión crea diamantes queremos estar en una [br]situación en la que decir "Eh, he hecho esto [br]miles de veces". Hice mi discurso y practiqué en frente del espejo:[br]bla, bla, bla, bla, bla. Me oigo bien. Entonces me pongo frente [br]a mis hijos y mi esposa. Digo, Dios mío,[br]estoy un poco nervioso. Luego me pongo [br]frente a Glenn Gould, ¡Oh, Dios mío, estoy [br]un poco más nervioso! Para cuando llego [br]al ACG [un auditorio], donde hay 2500 personas,[br]no puedo decir nada, ¿no? 2500 personas, donde hay 2500 personas, no tendré ni una [br]pizca de nervios por mi capacidad [br]de practicar. ¿Cierto? Una y otra vez, [br]una y otra vez. El problema con [br]la repetición es: ¿cuántos nos achicamos después [br]de la primera caída? ¿Cuántos nos achicamos después [br]de la primera adversidad? Edison estaba en ese video, y depende a quién pregunten, hay desde 1000 a 10 000 intentos de construir [br]el foco incandescente. De 1000 a 10 000. J.K Rowling debería [br]estar en el video. ¿Saben a cuántos editores llevó [br]su libro de Harry Potter? Creo que la cifra fue 12 o 13... Confío mucho en mí, pero [br]después de 2 o 3 negativas habría dicho "¡Maldita sea!" Después de 6 o 7, [br]diría: "¡Quizá no!" Después de 9 o 10 [br]definitivamente buscaría un entrenador de fútbol o alguien más excepto un escritor. (Risas) ¿Cierto? Quiero decir, alguien [br]que dice 12 veces no. Pero practica, practica, practica, [br]y no acepten el fracaso. Quizá no debería [br]ser repetición, quizá la respuesta [br]debería ser persistencia. Porque todos repetimos algo, [br]pero pocos en verdad persistimos. Así que esa es una manera [br]de crear autoconfianza Salir. Hagan lo que quieran hacer [br]y no acepten un no. Lo otro es hablar [br]consigo mismo. Todos tenemos una cinta de[br]hablar consigo mismo en la cabeza. ¿Alguien ha ido de compras y se puso [br]un par de pantalones esta semana? Si son mujeres, lo primero que siempre dicen: "¡Maldita sea, me veo gorda [br]con estos pantalones". Y si son hombres, lo opuesto: "¡Dios mío, no tengo músculos, [br]estoy panzón!" ¿Cierto? Todos tenemos [br]esa grabación en la cabeza. De estudiante si me preguntaban, pensaba, "Vamos profesor, por favor [br]no me escoja, no sé la respuesta". Miraba hacia abajo. ¿Cierto? Si están en... cuando... [br]dejen que les cuente algo, el subdirector comercial [br]--no debería repetir esto-- pero cuando me contrataron [br]como director de deportes, me senté en una [br]junta de arquitectos, y soy más tonto que un poste si se trata de números y ángulos. Y decían algo como: la válvula de "fundibuladora" de la arquitectura, eh, ¿qué opina Dr. Joseph? Eh, déjeme investigarlo,[br]ya vuelvo. (Risas) ¿Cierto? Decía, Dios mío, por favor [br]no me pregunten, no me pregunten. Todos tenemos esta voz [br]autonegativa en la cabeza. ¿Pues qué creen? Hay mucha gente que nos dice [br]que no podemos hacerlo. Que no somos [br]suficientemente buenos. ¿Por qué queremos decirnos eso? Sabemos de hecho que los pensamientos [br]influyen las acciones. Lo vimos en el video de Sheldon, [br]que mostró el Dr. Levy. Sabemos que nuestros [br]pensamientos influyen las acciones. ¿por qué queremos esta voz[br]autonegativa de nosotros? Necesitamos sacar nuestras [br]propias autoafirmaciones. Muhammad Alí, ¿cuál era [br]su autoafirmación? ¡Soy el más grande! ¿Quién más te lo va a decir? Debe haber momentos [br]de paz en sus recámaras, momentos de paz cuando [br]se cepillan los dientes. Necesitamos reafirmarnos: "¡Soy el capitán de mi barco[br]y el maestro de mi destino!" Esa es mi afirmación. Vengo de una escuela [br]de 1000 personas, viví en un pueblo de 1000 [br]habitantes durante 15 años; no hay razón por la que debería estar [br]a cargo del departamento de deportes, si cuido jardines de hoja de arce. Pero soy el capitán de mi barco [br]y el maestro de mi destino. Si no lo digo, no lo creo, nadie más lo hará. ¿Cómo construyen autoconfianza? Aléjense de la gente [br]que los derribará. Ya hay suficiente de esos. Muhammad Alí, ¡soy el más grande![br]No hay nadie mejor que yo. Hay una diferencia entre [br]arrogancia, ego y falso orgullo. Es solo que en los momentos [br]de silencio, se recuerden lo anoto en una lista, justo a un lado del espejo, ¿no? Acerca de las cosas [br]que hacen quien soy yo. Porque cometo suficiente errores y los periódicos los reconocerán, y la gente a mi alrededor [br]los reconocerán; y me tumbarán, y muy pronto, [br]empezaré a creerlo. Hubo una época en que mi [br]confianza estaba realmente baja. Fue cuando tomé este trabajo, cuando vine de Iowa, no sabía si lo lograría. Tuve que sacar mi carta [br]de autoconfianza. Una carta que escribí [br]cuando me sentía bien. Ivan, felicidades por [br]tu doctorado antes de los 40. Felici... tengo 40, menos. (Risas) Felicidades por ganar [br]un campeonato nacional. Buen trabajo por criar a 3 buenos chicos [br]y casarte con la mujer correcta. Me escribí una carta, era mi propia hoja de alarde. Mi propia carta de las [br]cosas que me dan orgullo. Porque hay momentos, y todos las experimentamos, en [br]nuestra carrera, en nuestras vidas, al buscar trabajo, [br]en nuestras relaciones: cuando no nos [br]sentimos bien con alguien, con el qué [br]y dónde estamos. Yo tuve que sacar esa carta [br]y leerla una y otra vez, durante 2 semanas, [br]para capear esa tormenta. Fue importante. Detengan la voz interna,[br]la voz negativa. Si observan verán que algunos [br]atletas tienen una pulserita, o una bandita. Lance Armstrong es un ejemplo perfecto. ¿Cuál es su autoafirmación? Livestrong no es una marca,[br]era un recordatorio de quién era. Live strong [vivir con fuerza].[br]Luego se convirtió en marca. Lo movía de un brazo al otro, cuando el miedo y [br]la duda lo embargaban. Vive con fuerza, [br]ponla ahí, vamos. Todos la tendremos, [br]la pondremos. Dos formas de construir [br]la autoconfianza. Me preocupa mi tiempo, les diré una forma en que pueden construir [br]la autoconfianza en otros. Somos entrenadores y educadores, somos maestros, somos personas, que crearán valor en el mundo; y al hacerlo, somos críticos por [br]naturaleza de lo que hacemos. Soy entrenador y quiero [br]que marques un gol. La pelota voló muy alto.[br]"¡Maldita sea!" ¡Voló muy alto! "Gracias entrenador, lo sé.[br]La retroalimentación me lo dice". ¿Entonces qué hacemos? Necesito que pongas [br]el codo aquí, que pongas tu rodilla [br]arriba de la pelota, que remates. Patea, aterriza, grandioso. Noten, nunca habría llegado [br]a ser profesional. (Risas) ¿Qué hacemos? Corregimos los errores. Cuando estoy [br]corrigiendo ese error: "Johnny, esto está fatal, debes doblar tu rodilla, [br]debes hacer esto y esto". ¿Qué le hice a la [br]autoconfianza de Johnny? Dobla tu rodilla, luego [br]haz esto y lo otro. Lo siguiente que sabes, es [br]que Johnny está apachurrado. Ignoren lo que Johnny hizo mal y busquen a Bob o [br]Sally o Freda por aquí. Buen gol Freda, me gusta [br]como mantienes la rodilla abajo, rematas y la bajas así. ¡Buen trabajo! Johnny: "¿Eh?" ¡Grandioso! Johnny [br]no está desmoralizado. Su confianza [br]no está golpeada y lo que hice es [br]subir la de Freda. Imaginen cómo podríamos cambiar [br]nuestra forma de ser padres. En lugar de, "Levanta los vasos de la mesa,[br]¿algún problema?" (Risas) Si atrapamos a la madre, bien. ¡Buen trabajo! Buen trabajo. Gracias Alice por recoger [br]tu vaso de la barra. Suena simple, [br]pero lo olvidamos. Como educadores o [br]como parte de un equipo, si logramos elogiar el comportamiento positivo [br]que queremos reforzar. Lo olvidamos, suena tan simple. Atrápenlos cuando están bien. Lo olvidamos, es simple. Esto es lo que hicieron. Hay un estudio de [br]Kansas que hizo esto. Hicieron un video, [br]todos hacemos videos. Mostramos el video de ellos [br]haciendo una jugada: "Mmm, este gol sucedió porque [br]la portería no estaba protegida, no giramos aquí, ¿cierto? Debimos hacer esto y [br]luego cubrir el área". Y si esa es la vara, el mejoramiento del equipo de [br]Kansas State llegó como aquí. Luego dijeron que [br]ignoraron todo eso y solo les mostraron las [br]veces que lo hicieron bien. Las veces que [br]lo hicieron perfecto. Eso resultó en cero goles,[br]hablar de los mismos puntos, el mejoramiento [br]se fue como así. Cambió y revolucionó la forma [br]en que como entrenadores interactuamos con nuestros [br]estudiantes atletas. Podemos aplicarlo [br]en los negocios, podemos aplicarlo a nuestros [br]grupos de estudiantes, podemos aplicarlos a [br]nuestros equipos gerenciales. Fácil: agárrenlos [br]cuando están bien. Por último y no [br]menos importante, mi hijo es realmente [br]bueno para esto. La gente con autoconfianza [br]interpreta la retroalimentación de la forma que eligen. Le pregunto a mi hijo que es por [br]mucho un atleta muy, muy malo, lo sacó de su papá. (Risas) El juego... ¿Qué tal el juego? ¡Grandioso! Anoté 3 goles [br]e hice 2 pases. Y, digo, "¡No vi que tocara [br]el disco [de hockey]!" ¡Pero tiene su propia percepción de cómo lo hizo! (Risas) ¡Me encanta! (Risas) ¿Cierto? Soy...[br]¡soy ese chico! Digo como, "Recuerdo [br]cuando hablaba el día que conocí a mi esposa, [br]fue en el comedor escolar. "Paulie, ¿te gustaría ir al cine? ¿Damas? Cosquilleo, cosquilleo". (Risas) Y contesta, "Ah, no". Le vuelvo a preguntar. Porque creo que solo no me [br]ha visto con la luz correcta. (Risas) Quizá, esa no es [br]la camisa equivocada. ¿Cierto? Porque interpreto eso en la forma [br]que quiero interpretarlo. Finalmente le pedí que [br]saliera conmigo otra vez. Me hace este único comentario, ¿no? [br]O se lo manda a su amiga. Porque esa era la forma [br]como se hacía entonces. "No va a salir contigo a menos que seas la última [br]persona en la Tierra, el infierno se esté congelando, hubiera una remota posibilidad de que [br]tuviéramos que salvar a la Tierra. Algunos piensan como [br]que no hay posibilidad. Yo digo, "Me estás diciendo [br]que tengo una oportunidad". (Risas) ¿No? Porque es así como [br]lo interpretaré. Si puedo darles una cosa [br]para llevar de esto, es que: nadie creerá en Uds. a menos que Uds. lo hagan. Oigan las palabras de ese video: "Esto es para los locos, los inadaptados, los rebeldes, los revoltosos, las clavijas redondas en [br]los agujeros cuadrados". Se supone que [br]somos diferente, gente. Y cuando la gente nos ve, crean en Uds. mismos. Gracias. (Aplausos)