Traductor: Mohamed SalemRevisor: Almudena Torrecilla Llevo estudiando el entorno laboraldesde la década de 1980 y nunca había visto algocomo lo que está sucediendo hoy. La ansiedad provocada por la pandemiaestá aumentando en todo el mundo. En EE. UU., más de la mitad del totalde empleados informan sentirse estresados gran parte del día. Las renuncias laborales están en nivelesrécord, con cuatro millones al mes. La gente se está quemando. En respuesta, un número creciente de empresasestán ofreciendo una semana laboral de cuatro días, es decir 32 horas,pero con cinco días de pago. Ahora bien, no es una idea nueva,pero la pandemia la ha potenciado. Los empleadores se están dando cuenta de que si pueden repensardónde trabaja la gente, también pueden repensarcuántos días está trabajando. Suena bastante bien, pero ¿es realista? Bueno, en realidad, sí. A diferencia de las políticas en las queuna parte se beneficia a costa de otra, la semana de cuatro días puede beneficiar a los trabajadores, a las empresas y a la sociedad, e incluso puede ser una víapara abordar el cambio climático. Pero primero, hablemosdel lugar de trabajo. Durante casi una década, las empresas y los gobiernos han estadoexperimentando con horarios más cortos sin recortes salariales. Si bien los resultados varían, la investigación muestra que las personas están menos estresadas, valoran más su trabajo y tienen mejor calidad de vidafuera del trabajo. En la mayoría de los casos, son tan productivosen cuatro días como en cinco. Las empresas también pueden verlos beneficios en una menor rotación y una bolsa de candidatosmejor cualificados. Un menor agotamiento reducelos costos de atención médica, los errores y el servicio deficiente. Con mis colegas, estudio experimentos de semanas de cuatro días, que se están realizandoen EE. UU. e Irlanda, y otros que se iniciarán en verano en el Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia. Hay miles de empleados participando. Healthwise, una empresa de educación,no esperó a que comenzara nuestro ensayo. En junio, sus empleadosrenunciaban en masa. Para agosto, habían implementadouna semana de cuatro días. Y seis meses después, el CEO Adam Husney informaque los empleados son mucho más felices y más productivos que nunca. Las renuncias y las bajas por enfermedadhan disminuido, los ingresos han aumentado y los puntajes de satisfaccióndel cliente son sobresalientes. Los empleados de Healthwiseaprovechan los viernes libres para actividades familiarescomo hacer deporte o recados. Una madre con niños pequeñosdecía que ahora, de vez en cuando, puede permitirse una pedicurasin sentirse culpable. La semana de cuatro días puede facilitar el cuidado personal y el manejo del estrés diario debidoal racismo, sexismo y clasismo sistémicos. Una parte clave del modelo es que, a cambiodel regalo de un día libre, las personas están dispuestas a concentrartoda su productividad en cuatro días. Entonces, si bien pueden pasarmenos tiempo en el trabajo, no trabajan menos necesariamente. El ingrediente secretoes la reorganización del trabajo, eliminando las actividadesmenos productivas, y las reuniones son un objetivo claro. Sí, veo que todos asienten. La mayoría de las empresas reducen su frecuencia y duración y el número de asistentes. En Healthwise, la gente ahorra tiempo enviando mensajes a sus colegas en vez de hacer llamadas, que inevitablemente dan piea hablar de asuntos informales. Cambian las tareas personales,como las citas con el médico, al día libre. Y sí, el ritmo de trabajoen la oficina aumenta. “Seamos honestos”, decía uno, “ahora no pierdo el tiempoo entro en Facebook, y antes sí”. Las personas se han adaptado y prefieren tener su tiempo de inactividadcomo un día libre completo en lugar de fragmentado. Las iniciativas gubernamentalestienen resultados similares. En 2015, la ciudad de Reikiaviky luego el Gobierno Nacional de Islandia comenzaron a ofrecersemanas de 36 y 35 horas, y terminaron involucrandoa más de 2500 empleados. Los resultados fueron notables. El estrés físico y mental disminuyó mientras que la ética en el trabajo,la satisfacción laboral, la conciliación familiary los niveles de energía aumentaron. La productividad y la calidad del serviciopermanecieron igual o incluso mejoraron, y los ingresos no se vieron afectados. Hoy, aproximadamente el 85 %de todos los empleados islandeses tienen estos horarioso pueden optar a ellos. Los gobiernos de España y Escocia han anunciado semanas de cuatro días en las que subvencionarán el salario del quinto. Ahora, una de las razones de estos éxitos es que, al reducir el tiempo de trabajo,cada hora suele ser más productiva. Noruega y Dinamarca, los dos países europeos con el promediode horas de trabajo más corto, alrededor de 1380, tienen una productividad descomunal. Francia y Alemania son similares. Por el contrario, los países con jornadas extensascomo el Reino Unido e Italia tienen una productividadmucho, mucho menor. Históricamente, EE. UU. ha lideradoel mundo en productividad y probablemente le iría mejor ahorasi su jornada laboral no fuera tan amplia. Si bien las empresas de tecnologíaconstituyen el grupo más grande que está adoptando horariosreducidos de cuatro días, también se está produciendo el cambioen los sectores de la banca, relaciones públicas, marketing y diseño, organizaciones sin fines de lucro,el sector de los bienes de consumo y hasta una cadena de restaurantes. Pero también es cierto que hacer el 100 % del trabajoen el 80 % del tiempo no es factible en todas partes. La producción se aceleró hace décadas. Pero ahora muchos maestrosy asistentes de vuelo necesitan reducir la velocidadmás que acelerarla. Y, por supuesto, los sanitarios en primera línea de la pandemia deben trabajar menos, no más. (Aplausos) Mi agradecimiento a los sanitarios. Veamos una iniciativa del gobiernoque es instructiva. En 2014, la ciudad de Gotemburgo en Suecia dio a las enfermeras en una de susinstalaciones una jornada de seis horas. Como era de esperar, su saludy bienestar general mejoraron, al igual que la productividady la atención al paciente. Pero en esta prueba, contrataron personal nuevopara las horas que no estaban cubiertas. El hallazgo sorprendente fue quela disminución de las prestaciones por enfermedad y desempleo ayudóa compensar los salarios adicionales. Ahora, el caso sueco plantea una preguntamás grande y más existencial. ¿Cuánto tiempo debemos dedicar al trabajo? En muchos países, los trabajos son cada vezmás exigentes, no menos. Y la mentalidad de escasez, la idea de que incluso los países ricosnecesitan apretarse el cinturón, se ha afianzado. Pero en realidad, deberíamos ir en sentido opuesto, ya que la digitalizacióny la inteligencia artificial ofrecen la oportunidad de reducir el tiempo de trabajo. En medio del cansancio pandémico, deberíamos redoblar esfuerzos para restaurar la calidad de vida y el tejido social, especialmente en los países ricosdonde ya producimos lo suficiente para que todos tenganun buen nivel de vida. Y este camino tiene el beneficio adicionalde abordar la crisis climática. “¿Cómo es eso?“, se preguntarán. Bueno, con la semana de cuatro días, existe el impacto obviode menos desplazamientos. Pero si usamos el crecimientode la productividad para continuar reduciendo las horas de trabajo en tan solo un 2 % al año, podremos crear una dinámicade descarbonización a más largo plazo. Mi investigación y la de otrosha demostrado esto una y otra vez en todos los países, en todos los estados,en todos los hogares. Una razón es que cuando las personasestán estresadas por el tiempo, tienden a elegir modos de viajemás rápidos y más contaminantes en el día a día. Por el contrario, cuando las personas obtienen tiempoen lugar de dinero, tienden a dejar una huellade carbono más baja. Pero la razón principal tiene que vercon el crecimiento de la economía. Al optar por trabajar menos, los países eligen no expandirla producción al máximo, evitando así emisiones adicionales. Países como Alemania y Dinamarcadonde la descarbonización es un éxito tienden a tener menos horas anuales. Francia y los Países Bajos también tienenbajas emisiones de carbono y jornada de trabajo reducida. La semana de cuatro días es el anticipode una nueva forma de vivir y trabajar. Y sí, vamos a necesitar ayuda del gobierno si queremos ir más alláde las empresas innovadoras que ya están viendo sus virtudes. Pero a medida que se extiendeel fin de semana de tres días, podemos darnos cuenta de que todosmerecen el derecho al tiempo libre. Y eso pone a la vista la lógicade una renta básica universal. Porque sin apoyo financiero, las personas con bajos ingresos no pueden permitirse el quinto día libre. Se habla mucho en estos días sobre el futuro del trabajo y las oportunidades que ofrece. Pero hay más en juego aquíque las oportunidades. Tenemos un imperativo. El imperativo de afrontar los retosde nuestro momento actual, como la pandemia, el agotamiento, la depresión, las desigualdades de raza e ingresoso la crisis climática. Y la semana de cuatro díasaborda cada uno de estos. Por ahora, estamos empezandoempresa por empresa. Pero a medida que aumenta el impulsoy se vuelve universal, habremos hecho la transiciónde tener una mentalidad de escasez a apreciar la verdadera riquezaque poseemos. Nuestro ingenio, nuestra compasión y nuestra humanidad. Gracias. (Aplausos) Helen Walters: Juliet, muchas gracias. Tengo una pregunta muy práctica para ti. Mencionaste en la charlaque la gente se tomaba el viernes libre. ¿La recomendación es que todaslas personas se tomen el mismo día libre, o se trata de que puedan tomarcualquier día libre que deseen? ¿Cuál es el mecanismo ideala poner en marcha? JS: Cada empresa lo hacede la manera que le conviene. Y ese es uno de los temasde nuestro ensayo. Damos formación y trabajamoscon las empresas antes de que empiecen a analizarsi pueden cerrar un día. ¿Necesitan tener servicio al clientedisponible las 24 horas del día y los 7 días de la semana? Realmente, depende del caso,y estamos viendo de todo. HW: Juliet, muchas gracias. (Aplausos)