¡¿Quieres que destruya este vestido?! – A veces alguien te hiere tanto... - ¡Te lo dije! ¡No creo que lo estés entendiendo! – ...que deja de doler completamente. Hasta que hay algo que te hace sentir de nuevo. Y luego todo regresa: cada palabra, cada dolor, cada momento. ¿Cómo puedes llegar siquiera a entender mi situación? Incluso si preguntas, incluso si escuchas, no escuchas realmente, o ves, o sientes. No te acuerdas de mi historia, no has caminado el camino que yo recorrí, no has visto lo que yo he visto. Mi pasado me define. Esto es lo que soy. Yo soy... ignorada, no escuchada, no querida. Eso es lo que soy. Si es que acaso soy algo. - ¡Al suelo! ¡Es la policía! – Parece como si la misma cosa que me sostuvo, me obligó a bajar. El mundo se volteó, y el orden desapareció. Nada era como se supone que debería. Y una pesada tristeza llenó mi alma. Caí bajo y más bajo dentro de mí. Y nada podía sacarme de ahí. Atrapada en la miseria de mi vida, perdida en el dolor de mi alma, e incapaz de poder ver la luz. Incapaz de ver el amanecer, de sentir, de tener esperanza, - ¡¿Qué haces agarrando mis frutas?! – y de soñar. Y encontré que los años más oscuros de mi vida seguían viniendo. Los puntos negros de mi alma nunca pararon. Pareciera que siempre fuese noche, y pesadillas; y nunca fuera mañana. Y quizás te preguntarás por qué. Pero principalmente, tratarás de no pensar en ello. Y tratarás de salir adelante, y tratarás de sobrevivir. Y todas las otras cosas parecen tan insignificantes, comparadas con sólo querer que las cosas más importantes regresen otra vez. Como desear poder ver a tu mamá sonreír de nuevo, y escucharla cantar esa canción favorita que siempre te calmó, cuando las cosas se estropearon. O si no pudieras tenerla de vuelta, por lo menos poder cuidar a tu pequeño hermano. Porque sabes que te necesita, y él va a estar tan asustado solo. ¿Y quién va a tomar su mano y susurrarle que todo va estar bien? ¿Y quién me susurrará eso a mí? - ¡Hola, Zoey! ¡Qué bueno tenerte aquí! ¿Estás lista para entrar? – Sé que estoy indefensa, dependiente, y desesperada. Pero ¿qué pasa cuando aquellos que más necesitas, amenazan tu propia existencia? Escuché un montón de promesas, y todas sonaron igual. Pero presiona lo suficiente, y tarde o temprano todos probarán estar vacíos. El sol sale cada mañana, pero ¿sabes por dónde? Cada lugar es un lugar diferente. Es difícil encontrar el este, cuando te estás moviendo por todos lados. Pero al menos sale. Siempre sale. He llegado a depender de eso. Y lenta, lentamente, las estaciones cambian alrededor mío; y pareciera, que esta vez quizás el mundo no me va a ser quitado otra vez. Pasos seguros. Las raíces comienzan a crecer. Pequeños brotes de esperanza para mí. Lentamente, intentando confiar en esta nueva vida. - ¡Hola! Ven aquí, déjame mostrarte lo que tengo para ti. Te compré un regalo. - ¡No me importa tu vestido! ¡¿Quieres que destruya este vestido?! ¡No creo que me entiendas! ¡¿Lo haces?! ¡No creo que me entiendas! – Me gustaría que alguien me dijera que todo va a estar BIEN, - ¡Te juro que si me tocas nuevamente, te mataré! - Oh, déjame ayudarte. -- ¡No! ¡No me toques! ¡No me interesa este estúpido vestido! – que algún día, quizás... - ¡Te odio! ¡Te odio!... – me sentiré normal, - ...¡Te odio! ¡Te odio! – que no estaré sola para siempre, que tendré una mamá que me abrace, y sea fuerte por mí. Porque quizás... no puedo hacerlo todo por mi misma. - Hola, sí... Estoy llamando para... Muchas gracias. – Este es mi pasado, mi historia, mi anécdota. No es mi culpa, no es debido a mí, y no tiene que ser lo que defina mi futuro. Puedo ser amada, merezco cuidado, y ese destello de luz, hace toda la diferencia. Los destellos de luz, me dieron esperanza de que algún día... mi verano llegará.