Nicos Weg - B1 - The Movie

Nicos Weg - B1 - The Movie

– Puede empezar una formación profesionalo estudiar. Sin un buen o muy buen nivel de alemánno puede funcionar. – Pero como estoy comprobando,ya ha aprendido mucho alemán. Herr González? – Mm... Disculpe, ¿Podría repetirlootra vez, por favor? – He dicho que para muchasformaciones profesionales o una carrera, necesita buenoso muy buenos conocimientos de alemán. – Acabo de empezar con el nivel B1. – Suena bien.– Mmm. – ¿Hizo el examen del nivel A2? – [No.] Pero hice un cursode nivel A2. – Estoy segura de que lo sabe, pero también estoy segurade que la mayoría de las empresas exige un certificadosobre el nivel de alemán. Para ello tiene quehacer un examen de alemán. – Para ello tiene quehacer un examen de alemán. ¿Y después puedo hacer una formación? – Vamos a ver. ¿Qué profesión quiere aprender? – No estoy seguro. – ¿No está seguro?– Mhm. ¿Hay una formación para ser actor? – En Alemania puede ira una escuela de arte dramático. Pero hay una prueba de acceso muy difícil. Nadie puede garantizarle que,después de la formación, pueda trabajar como actor. La situación en el mercado laboralpara los actores está muy difícil. – Ya lo he oído, sí. – Naturalmente, puede intentarlo. ¿Tiene quizás otros intereses? ¿O hay algo que sepa hacer bien? – ¡Sí! Puedo repararbicicletas y motocicletas. – ¿Cuánto tiempo lleva aprendiendo alemán? – Aprendo alemán desde hace un año. – Desde hace un año. – Correcto.Sé que se dice así, pero... – ¿Habla otros idiomas? – Hablo árabe y armenio. – ¿Habla armenio? – Mi madre creció hablando dos idiomas. – Guau. – En nuestro país es normal. – ¿Habla también inglés? – Hice algún curso en Siria. Pero desgraciadamenteno hablo muy bien inglés. Pero sé que el ingléses un idioma importante. – Entonces, ¿qué idiomas aprendenen la escuela?? – En nuestro paísse aprende inglés y francés en la escuela. – ¿Hablas francés? – Desgraciadamente,solo hablo un poco de francés. Pero sé hablar muy bien inglés. – Comprendo. Estoy segura de que aprobarásel examen de alemán B2. – ¿De verdad?– De verdad. – ¡Quiero estudiar una carrera seguro! – También creo que deberías estudiaruna carrera. ¡Lo lograrás! ¿Qué carrera te interesa? – No sé. Quizá estudie… medicina o profesora, como tú – Sí, todavía tienes tiempo. ¿Nos vemos mañana? – ¡Sí! Gracias por tu ayuda, Lisa. – Lo hago con mucho gusto. – Frau Brunner,¡muchas gracias por su ayuda! – De nada. Pienso que Selmahace progresos increíbles. – Ella es inteligente.Estamos muy orgullosos de ella. – ¿Y qué pasa con usted? – ¿Conmigo? – Sí. Usted tiene un trabajo nuevo. ¿Le gusta el trabajo? – Ah ya. Bueno. Es muy diferente a mi trabajo como médico, pero tengo trabajo. Y eso es lo más importante. – ¿Sabe ya cuándoes su examen de alemán? Es pronto, ¿no? – Sí. Dentro de un par de semanas. No recuerdo la fecha. – Sí, tampoco es tan importante. ¿Está usted bien preparado? – Bueno. Tengo poco tiempo para aprender y tampoco conozco a muchos alemanes. Hablo el idioma en contadas ocasiones. En verdad, no puedo decirsi lo lograré. Pero espero que sí. – Ah, ¡Pero si usted ya hablamuy bien alemán! Herr Al-Pascha, quiero saber si es posible que demos la clase de alemán de Selmaa partir de ahora en mi casa. – Lo siento mucho, pero no es posible. Selma nos engañó. No podemos confiar más en ella. – Sí, es que creo… ¿No hay otra solución? Aquí se trata del futuro de Selma. – Eso es un asunto familiar. – De acuerdo. – ¡Hola! – ¡Nico! ¿Qué haces aquí? – Estoy aquí porque te quiero ver. – ¿Qué tal te fue la citaen la oficina de empleo? – Muy bien. Haré una formación de... – ¿Cómo se dice? –Mécanico para vehículos de dos ruedas. Haré una formaciónde mécanico para vehículos de dos ruedas. – ¿Qué es eso? – Trabajo en un taller y tengo quereparar bicicletas y motocicletas. – Pues, ¿todo lo que tenga dos ruedas? – Sí. La formación dura tres años. – Suena muy bien. – Sí. A mí también,porque tengo que ganar dinero. – ¿Es posible? – Primero tengo queaprobar un examen de alemán y después puedo comenzarla formación profesional. – Lo lograrás, Nico.¡Ahora tienes que ser optimista! El examen no es tan difícil. Tienes que preparártelo bien. – Sí, lo sé. ¿Y qué pasa contigo? – Quiero estudiar una carrera,pero aún no sé cuál. ¡Hay tantas carreras! Pero, de momento, necesitosobre todo un trabajo. – ¿Y ya estás buscando? – No puedo buscar bien un trabajosi tengo que quedarme siempre en casa. – ¡Pero se trata de tu futuro! – Qué raro. Es lo que dicenmis padres siempre. Tengo que subir. – ¡Hasta pronto! – ¿Tienes un momento? – Sí. – ¡Hola! – ¡Hola! ¡Hay novedades!¡Tenemos un inversor! – ¡Genial! – ¿Qué? ¿Así de simple? – No del todo.Nos da cuatro semanas. Es decir, tenemos que empezar – el servicio de entrega dentro de una mes.- ¿En un mes? – Bueno, él quiere comprobarque lo queremos de verdad. – ¡Lo decimos en serio! Por eso necesitamosmás tiempo para planear. ¡No lo lograremos de ninguna maneraen cuatro semanas! – ¿En qué invertimos la mayor parte deltiempo? – Bueno, necesitamos mucho tiempopara ampliar la cocina. Tarda mínimo de tres a cuatro semanas– si todo marcha bien. – Además, necesitamos un par de semanaspara contratar a personal nuevo. Eso es tampoco tan fácil.Tienen que aprender el trabajo. – ¿Y tú? ¿Qué tienes que hacer? – Yo configuro la aplicación y la página weby reviso el plan de negocios. Pero eso se hace relativamente deprisa. – Será estresante.No sé si lo lograremos. El trabajo del restaurantesigue estando ahí. No podemos cerrar. – ¿No podemos posponer la fecha? – No.Y hay otra condición… – He perdido mi agenda.¿La has visto? – No. – ¡Maldita sea! ¡Da igual! Puedo seguir buscando,mientras hablo por teléfono – ¡Cuidado! Recién fregado. – ¡Genial! – Mmm… – ¿Qué está haciendo Lisa? – Bueno. Ella vuelve a hacertodo al mismo tiempo. Llama por teléfonomientras empaca las cosas. Y no me molesta en absolutoque esté todo el tiempo corriendo sobre el suelo recién fregadomientras habla por teléfono. – Ah, ¡venga ya! Ya ves que Lisa está estresada. –¿Vuelves a estar de su parte? – Hemos hecho las paces, sí. Además, pelear es también un factorque causa estrés y tengo que relajarme. – ¿Por qué tienes que relajarte? – ¡Por esto! – ¿Quiere decir que tendrás el bebé? – Tú, Nina, tu cita con el ginecólogoes a las 15:30, ¿no? –Sí, pero puedo también ir sola. – Ni hablar del asunto.Te lo prometí. Mientras estemos en el médico,puedo seguir trabajando un poco con mi portátil.Nos vemos en la consulta, ¿sí? – De acuerdo. – ¡De acuerdo! ¡Adiós! – Dime, ¿has comprado papel higiénico? – ¿Papel higiénico? Eso es… son factores estresantes,estrés por todos lados… – ¡Hola! ¡Muchas gracias por venir! – Con mucho gusto. ¿Todo bien? – Ah sí, es que tuve que correrpara no llegar tarde. Sí. Empezamos con la clase. Tenemos aquí dos invitadas, que hablarán con nosotrossobre el tema de la huida: Inge Kohlhaas y Selma Al-Pascha. Tú, si llegas tarde,como mínimo habría que disculparse. Al fin y al cabo, los demásllegaron aquí puntuales, ¿sí? – ¡Perdón! – Pues, ambas familiastuvieron que huir de su país... ¡Tú también! Si llego tarde,entonces pido perdón. ¿Te parece bien, que una y otra veztenga que interrumpir las clases? Esto molesta a todos. – Perdón. – Me estoy hartando, ¿sí? Esta continua impuntualidades totalmente inaceptable y no es motivo de risa. ¡Siéntate! ¿Podemos continuar? – ¡De ningún modo! – Pero, ¿por qué?Así no tenéis tanto riesgo. – Pepe, no sési lo has entendido bien, pero ya no hay riesgo, porque ya no hay acuerdo. – Yo tampoco sési eso es una buena idea. ¡Él quiere por su dineroquedarse con el 50% de nuestro negocio! ¡Es demasiado! – Estaba claro que no nos iba a dartanto dinero con tanta facilidad. – No, no estaba claro. Y yo no habría pensado que élquiere ser socio de ustedes y exigirles el 50%. – No lo va a obtener, seguro que no,porque no lo necesitamos. – No voy a trabajar, en ningún caso, de gratis. – Tú tampoco deberías hacerlo. ¡A mí todo el asuntome parecía demasiado arriesgado! – Tarek… – ¿Qué pasa? Me sorprende que quierasampliar nuestro restaurante. ¿No estás contento? – No. – ¿Max? ¿Cuál es el plan? – Lo siento, Pepe.Tarek tiene razón. Es nuestro restaurante.No queremos ningún inversor. – ¿De dónde procede la familia de Inge?¿Qué pensáis? ¿Eh? ¿Quién lo quiere intentar? – Creo que es de Alemania. – Sí… y no. El lugar, de donde viene mi familia,se halla hoy en Polonia. Pero cuando mis padres vivían allí,seguía estando en Alemania. – ¿Quién me puede decir cuándo fue? – Fue seguro antes de la Segunda GuerraMundial. – Exactamente. Y cuando Alemania perdió la guerra, mis padres tuvieron que abandonarsu tierra natal. Yo no había nacido aún. – ¿Había entoncestantos refugiados como ahora? – ¡Sí! Incluso más. Y la gente llegó a un país,en el que había mucha destrucción. Por lo menos, podían comprender el idioma. Porque en su casahablaban alemán. Eso fue seguro una gran ventaja. Tu familia no lo tiene tan fácil. – ¿Dónde está su patria? ¿Aquí o el lugar de donde procedesu familia? – Sí, el pequeño pueblo de donde vienemi familia forma parte de mí también. Ah, mi madre me contó muchas historiasde su juventud y niñez allí. Estuve con mis padresun par de veces allí. Pero mi patria está aquí, en Alemania. – Selma, tú has traido fotos. – Sí. Bueno, las fotos muestranmi ciudad en Siria. Esta es la calleen la que vivíamos. – Muy bonita. Cuando la miro,pienso en seguida en las vacaciones. – Mientras Selma habla,pueden ir tomando nota – Sí, había muchos turistascuando aún reinaba la paz. Pero ahora todo es diferente. Muchas casas y apartamentos estándestruidos. Mucha gente huyóde la guerra y desde hace mucho tiempono van más turistas, naturalmente. – ¿Quieres regresar?¿Piensas con frecuencia en tu país? – Pienso muy a menudo en mi país. Aquí es también es bonito,pero quiero regresar a casa. Pero, de momento, no es posible. Ahora intentamoscomenzar una nueva vida aquí. – Una corona elegante. – Sí, eso fue cuando cumplí 16 años. Lo recuerdo bien.Lo celebramos súper bien. Había tanta comidaque todos tuvieron problemas por la noche. – ¿Es esta su familia? – Sí, exactamente. Esa es mi familia.Yo soy la niña pequeña. Fue un día especial para mí, porque fue la primera vezque tenía un vestido nuevo. Fue algo especial.Mis padres no tenían mucho dinero. – Muchas graciaspor las fantásticas historias y fotos. Esto fue todo. – ¿Puedo hacerme una fotocon usted y con Selma? – Claro. – Hola, ¡Yara! – ¡Mira la bicicleta, Nico!Bonita, ¿verdad? – Bueno. – Cuando vine a Alemania,tenía una bicicleta así. Desgraciadamente un día se estropeó. – ¿No está también rota? – ¿Qué? ¡No! – Bueno, la bicicleta parece chatarra. – No sabe, lo que está diciendo.¡Chatarra! – No, de verdad que no lo sabe. – ¡Cuando tenía tu edad,soñaba con esta "chatarra"! – Nico, este es Otto.Colecciona bicicletas. –Ah, colecciono demasiado.Por eso vendo algunas cosas, preferiblemente a gentetan simpática como Yara. – Hola, soy Nico, el sobrino de Yara.No quise ser irrespetuoso… – Está bien – ¿Y por qué es esta bicicletatan especial? – Es una bicicleta viejade la República Democrática Alemana. Desde la reunificación,ya no existe la RDA. – Sí, eso lo aprendíen el colegio. – Sí, ¿ves? Y esta bicicleta plegablese fabricó en la RDA, cuando todavía existía como país. Este modelo ya no se fabrica. – ¿Dijo bicicleta plegable? – Sí, porque se puede plegar.¡Cuidado! – Oh, ¡Cuidado!¡No vaya a ser que se rompa ahora! Esta bicicleta es un pedazo de historia. – Sí, como yo, si no como algo ya. – Que te vaya bien, Otto. ¡Muchas gracias!¡La bicicleta significa mucho para mí! – ¡Cuídala bien! – ¡Adiós! ¡Nico! – No es estable.¡Chatarra! – De hecho, ¿por quéya no fabrican estas bicicletas? – Ya no se construyen las bicicletas,porque ya no existe la empresa. ¡Ven!– Pero estas bicicletas plegables,¿eran muy populares? – Sí, en la RDA.Después de la "Wende" se cerraron muchas empresasen la antigua RDA. – ¿Qué significa "Wende“? – Así se llama el periodode la reunificación. Fue la época en la que las dos Alemaniasse convirtieron en un país. – De acuerdo. Pero, ¿por qué cerraronlas empresas? No lo entiendo. – La Alemania Oriental y la Occidentalno solo estaban divididas. Eran dos países totalmente diferentes con dos sistemas políticoscompletamente diferentes. – Y con monedas diferentes,la gente en la RDA no podía casi visitar a sus familiares o amigosen la Alemania Occidental o viajar a otros países occidentales, como ahora.Todo eso lo sé. – Sí, un día los alemanesse cansaron de la RDA y se manifestaron porque querían máslibertad. Y cuando la fronteraal fin desapareció, ya no habíamuchos productos de la antigua RDA. – Pero, los productos no eran malos. – No. Pero la gente queríaun cambio. ¡Bueno! Y ahora vamos a poner a puntola bicicleta. – ¡Salud! – ¡Gracias! – Así ya tenemos mucho que hacer. – Seguramente fue la decisión correcta el no ampliar el nogocio. – También lo creo. Pero no obstante podríamoscambiar un poco el restaurante. – ¿Estás pensando en algo concreto? – Bueno. Creo que la idea del servicio de entregasigue siendo muy buena, pero no deberíamoshacer las entregas a personas privadas, sino a instituciones. Por ejemplo, a un banco de alimentos,guarderías, asilos… – ¿Quieres decir un servicio gratuitocon ingredientes que sobran? La idea no está mal. – ¡Piénsalo! ¡Buen provecho! – ¿Qué le sirvo? – Una ensalada griega, por favor, y un agua. – Ya está harto de las papas fritas, ¿no? – Sobre todo, pronto no podré olerlas más. Ese… olor a grasa… es bastante asqueroso. Pero no quiero quejarme. – Ah, aquí puede hacerlo. – Espero poder trabajar de nuevocomo médico. – ¿Es usted médico? – Sí, en Siria era médico. Soy urólogo. Pero aquí sigo teniendo problemascon el idioma. Mi hija habla mucho mejor. – Entonces, seguro que estámuy orgulloso de ella. – Sí y no. Me preocupa mucho. – Así es con las hijas. – ¡Con los hijos también! – Ahora de verdad, Pepe: ¿Cómo te voy a tomar en seriosi cambias continuamente de opinión? – Sí, ya lo sé, te dije hace una par de días que no podía hacerteuna página nueva. Pero... lo he pensado y tienes razón: la familia es lo más importante y tú eres mi familia. Por eso quiero ayudarte. – Ya. ¿Entonces significaque harás una página web para mí? – Sí. Bueno, tenemos que hablarsobre el precio, pero te haré un precio especial, digamos que un precio familiar… – ¡No! – ¿Cómo que no? – Quiero decir que no. El proyecto con Max y Tarekno funcionó, por eso vienes ahora a hablar conmigo, ¿no? – Necesito el encargo, Yara… – ¿Por qué? – A mi empresa le va mal. Tengo problemas económicos. Tengo deudas, Yara. Por eso necesito los encargos. – No tienes más dinero, ¿mmm? ¿Sabes lo que dicen siempre nuestrospadres? ¡Toma como ejemplo a Pepe!¡Tienes que hacerlo como él! ¡Termina tu carreray ten tanto éxito como Pepe! ¿Y tú no tienes más dinero? – Sí. ¡Lo siento, Nico! Mentí. Quería que nuestros padresestuvieran orgullosos de mí. – Increíble… – ¿Qué voy a hacer ahora? – Dirás la verdad. No más teatro, ni autos caros, ni hoteles caros. Todo eso tiene que acabarse. Tienes que empezar desde cero. – No me llegarán nuevos encargos si la gente veque no tengo dinero. – Te encargarás de mi página web. Sácale partido. – Vale. – ¡Hola! Oh, perdón.¿Llevas esperando mucho? – Bueno. Tenemos aún tiempo.¿Té caliente? – Oh, gracias. Estoy muy estresada últimamente,porque algunos colegas están enfermos. – ¿Solo últimamente? ¿Cuánto tiempoquieres seguir haciéndolo? Creo que deberíastrabajar menos. Podrías decir que no alguna vez. ¿Mm? – Mm. – Sí, yo también estoy estresadapor la cita. Sigo sin saber, en realidad,si quiero tener el bebé. Sebastian opina que tengoque decidirme de una vez. – Es verdad. Pero por enésima vez, Nina:¡lo lograrás! También puedes asesorarte.A lo mejor te ayuda. – Vale. Pero solo si haces un curso de yogapara hacer algo contra tu estrés. – Solo si me acompañas. – Lisa, eres solo una persona.No te olvides, ¿si? – Sí. Y hablando de personas, en tu barriga hayalguien que debería tener hoy una revisión. Oh, esto… – Sí, está bien. Simplemente entremosy luego ya veremos, ¿sí? – Sí. Yo… yo no quería… – Nico… En los últimos años, no me portécomo un buen hermano. Yo no estuve ahí para ayudarte. Solo pensaba en la empresa. Y... al principio todo iba realmente bien.No he estado mintiendo siempre. – ¡Olvídalo! No quiero mirar atrás.Lo que pasó, pasado está. – Sí… desgraciadamente. – Ahora ambos estamos aquíy empezamos de nuevo. – No cometas los mismos errores que yo. – No te preocupes. Yo sí ayudo a mi hermano. Somos una familia. Nos cuidamos y apoyamos. – ¡Sí! Y no nos damos por vencidos,¿prometido? ¡Prométemelo! – Prometido. – ¿Lo ha escrito usted? Es genial. ¿Ha enviado entonces la solicitud? – No, el texto era un ejerciciopara hacer una solicitud, solo un ejercicio de mi curso de alemán. – Entonces ya es hora de pasarde la teoría a la práctica. Usted ya tiene aquíun permiso de residencia. Con este permisono solo puede vivir en Alemania, sino también puede trabajar o estudiar. Aprobó el examen de nivel B1y como estoy viendo aquí, el nivel B2 no supone un problema parausted. ¿Ha pensado ya sobrela posibilidad de estudiar aquí? – Sí, pero… – ¿No sabe qué carrera estudiar? – A Selma se le dan muy bien los números. – ¿Le interesa una carrera técnica? – En realidad me gusta másel trabajo creativo. –Bueno, hay muchas profesiones en las queno hay que interesarse solo por la técnica y las matemáticas,sino también hay que ser creativo. Quizá le intereseel trabajo en el diseño de producto o el ámbito de las redes sociales. Mi propuesta: Solicite una pasantía en una empresa. Entoces podrá versi le gusta el trabajo, ¿vale? Le voy a conseguiralgo de material informativo. – Gracias, mamá. – Hay tantas ofertas de empleopara pasantías. No puedo decidirme. – Entonces, lo decido yo. ¡Lee! – Vale, por ejemplo aquí: "Practicantes con objetivos definidosy flexibles en diseño gráfico. Equipo joven y motivado busca refuerzo. Quieres adquirir experienciay ¿te interesa el diseño? Entonces, envíanos tu solicitud a..."etcétera... – No he entendido todo. – Es un anuncio para una pasantíaen diseño gráfico. – ¿Y qué se hace en una pasantía? – No sé exactamente.Pero creo que suena bien. – ¿Qué más tienes? Un anuncio de empleode un estudio de arquitectura. También buscan practicantes. – Arquitecto suena a una profesiónque es divertida. – Sí, pero no sési estoy capacitada. Aquí: "Practicante fiable y creativa en...“ – ¿Con quién hablas? – ¿Yo? Eh, estoy practicando unas frasespara una entrevista de trabajo. – Lo lograrás.¿Me ayudas con la comida? – Sí, voy en seguida. Tengo que acabar. – Vale. ¡Tú escribes la solicitudal estudio de arquitectos! – Y tú escribes la solicituda la escuela de arte dramático. – No sé. Yo quería hacer la formaciónsobre vehículos de dos ruedas... – Puedes hacerla de todos modos.¡Por lo menos deberías intentarlo! – Vale. – Vale. ¡Adiós! – ¡Hola! – ¡Hola! – ¡Hola! – He vendido mi auto. – ¡Muy bien! Puedes leer la solicitud de Nicopara la escuela de arte dramático. Ahora el sí quiere intentarlo. – ¿Qué? ¿Y para qué? – ¿Para qué? ¡Tú sí que eres...! Es importante que todo esté correcto. – ¡Bueno! Nombre, dirección, número de teléfono,fecha y lugar de nacimiento, Nacionalidad: española.Por ahora, todo está bien. Mm… La formación escolar está aquí… Conocimientos de idiomas y computadora. Vale, intereses y habilidades… ¿Desde cuándo te interesa a tiel teatro moderno? ¿Lo has escrito tú mismo? – ¡Sí! – Bueno, el currículum está bien,excepto por un par de errores de ortografía. Yo propondría que miremosla carta de motivación. – De acuerdo, empecemos. – Bueno, aquí podríamoscambiar un par de frases. Tu carta de motivacióndebe ser más convincente. Tiene que ser personal. ¿Por qué quieres ir a esa escuelay por qué eres la persona adecuada? A ti te interesala formación, ¿no? – ¡Claro! Gracias, Pepe. Hasta mañana. – Con gusto, hasta luego. Aquí hay algo más. Aquí: la estructura de tu página web. He escrito un par de textos cortos y… Es solo el primer borrador,pero... míralo. – ¡Lo haré! Gracias. – Hasta más tarde, Yara. – Hasta luego. – Mi hermano ha cambiado totalmente. Las últimas semanas con él...han sido geniales. – A propósito de genial: Tengo un par de buenos consejos para ti, para que estés bien preparadopara tu entrevista de trabajo. – ¿Qué quieres decir? – ¡Tengo una confirmación para la pasantía! – ¿De verdad ¡Guau!– ¡Sí! – No me habías contado nada.¿Cuándo fue la entrevista de trabajo? – Hoy por la mañana. No fue tan terrible,en realidad fue incluso agradable. Con la ayuda de Lisaiba bien preparada. Me dijo que para convenceren las entrevistas de trabajo, hay que tener un par de cosas en cuenta. – ¿Por ejemplo? – Tendrías que informarte antessobre la formación y la escuela. Eso lo hice también y, por eso,no estaba tan nerviosa y entendí todas las preguntas en seguida. – ¡Eres increíble! – Dijeron sí enseguida. Solo tengo que enviarlesun par de documentos para poder empezar rápidamente. – Tenemos que celebrarlo. ¿Mm? – Me encantaría, pero… tengo que irme ahora,para estar puntual en casa. – ¿Por qué? Yo pensaba que tus padresya no te controlaban tanto. – Sí. ¡Y que siga así! ¡Nos vemos! – ¡Hasta luego! – Tengo un problema con mi página web. Anoche estuve intentándolodurante mucho tiempo… – ¡Muéstramela! ¡Ya está! – Pero me lo enseñaste de otra manera. – Sí, está bien.Las mujeres y la técnica son incompatibles. Al menos puedes reparar bicicletas. – ¿Disculpa? – ¿Qué? Fue un piropo. – ¿Eso fue un piropo? No tienes ni idea. "Las mujeres y la técnica..." –¡Qué cliché más estúpido! – Vale. Pero ahora concéntrateen la página web. Bueno, hazlo así,como te mostré. En realidad es muy fácil,incluso para las mujeres. – ¡Lo estás haciendo otra vez! – ¿El qué? – "Incluso para mujeres". No tiene que ser muy fácilpara que yo lo entienda. ¡De hecho hay muchas mujeres,que pueden programar mejor que tú! – Sí, puede ser, pero a pesar de todo haydiferencias entre hombres y mujeres. Y conozco muchísimas mujeresque no saben usar una computadora. – ¿Ah sí? ¡Qué estupidez! – Sí. Creo que la mayoría de las mujereshacen todo más complicado de lo que es. – Los hombres también. No creo que eso sea típicamente femenino. – ¿Seguimos con la página web? – Sí. – ¿Qué tal en fucsia? – ¡Y pronto vamos juntosde vacaciones! – ¿Y crees que es una buena idea? – Sí, ¿y por qué no? Al contrario quela mayoría de los hombres, Jacques es atento, encantador con sentido del humor, romántico… – ¿Pero qué significa "al contrarioque la mayoría de los hombres"? – Pues que muchos hombres son insensibles y reaccionan con poca compresión cuando...¡Ey, ey, ey! – Lo siento, pero aquíno se sirven clichés. – ¡Pero qué sensibles están hoy! – ¡Hola! – ¡Hola, Nico! – ¡Hola, Nico! – ¿Por qué no hemos visto aún a tu Jacques? ¿No tienes ninguna foto de él? – ¿O no parece quizá tan guapocomo dices siempre? – ¡No seas ahora tan descarado! Jacques es muy atractivo. Él es alto y delgado, tiene los ojos bonitos y…¡Un momento! Aquí. – ¿Puedo verla otra vez, por favor? Es Otto, el comerciante de bicicletas deYara. – ¿Cómo? ¿Un comerciante de bicicletas? ¡Vaya tontería! ¡Este es Jacques! – Solo estoy diciendo que se parece. – ¿En realidad, por qué estoy hablando convosotros? – ¡Porque nos aprecias, querida Inge! – Y porque seguimos siendolos mejores cocineros que conoces. – Mm. – Mira, aquí. Me han hecho un pedido de fotosde una revista para mujeres. – Parece más bienuna revista para hombres. – ¿Te parece demasiado…? – Me parece bien. Pero, ¿de qué se trata? – Bueno, el tema sonlas profesiones de mujeres y hombres. Por eso he presentado a esta mujercon la vestimenta típica de un obrero de la construcción. – Vale. Entonces, quieres fotografiar amujeres con la ropa típica de profesiones masculinas. ¿O también a hombres con las profesiones típicamentes femeninas? – Ambas. Se trata de igualdad y diferencias salarialesentre hombres y mujeres. Sí. Y pienso todo el tiempo en cuáles sonlas profesiones típicas de los hombres. – Pues, los oficios artesanales, ¿no? Pintor, albañil, fontanero, conductor profesional... – Camionero también lo tengoen mi lista. Y de las profesiones típicas de mujerestengo: peluquera, educadora, secretaria y vendedora. – Pero también hay muchos peluqueros. No creo que seauna profesión típica de mujeres. – Y hablando de profesiones: ¿Cuánto tiempo quieres seguir trabajando? – ¿Por el bebé? – Mm. – Ni idea. Todo lo que pueda. Creo que el problema será más bienel tiempo después del nacimiento. – Entonces, significa que tú... ¿quieres tener el bebé? – ¡El compañero de piso número cinco! – ¡Qué lindo! – ¿Acabas de escuchar eso? – ¿Qué? – ¿Qué? – ¡Pues que la jefa acaba de insultarme! ¡Delante de los otros colegas! Aunque a veces cometo errores,no puede hablar así conmigo. – Sí, es verdad. Fue irrespetuosa.Pero es la jefa. – ¡Para ya! Te digo queno lo aceptaré más. ¿Pero cómo se atreve?Vale, es mi jefa. Sin embargo puede hablarnormal conmigo. ¡Con el señor Müller no había nuncaproblemas así, unque él era el jefe!¡Pero estas mujeres! – Bueno… – ¿Y entonces qué? Los hombres trabajan.Las mujeres hacen las tareas del hogar. ¡Hay buenos motivos para ello! Que cadauno haga lo que mejor sepa hacer. – Despacito.Lo veo de otra manera diferente. Mi hija Selma trabajay quiere estudiar una carrera pronto. Y estoy muy orgulloso de ella. – No estoy hablando en absoluto de tu hija.No tengo nada contra ella. Pero una situación así, como la de ahora,no me hubiera pasado con el último jefe. ¡Él era totalmente diferente! ¡Ibrahim! ¡Ibrahim! ¡Ibrahim! ¡Ey! ¿Sí? Sí, por favor necesitouna ambulancia. Un colega mío acaba de desmayarse. No sé… – Haga una descripción de sí mismo,para facilitar la búsqueda de pareja. Sí. Me llamo... Milan. Tengo 75 años,pero sigo siendo muy activo. Estoy abierto a todo tipo de propuestas. Soy un hombre... con mucho humor, leal... y estoy buscando una mujer deportiva,encantadora... – ¿Jacques?– ¡Inge! – ¿Estuviste en el banco? – Sí, estuve en el banco. – ¿Y? – Sigue habiendo problemas. – ¿Has…? – Sí, he rellenadolos formularios correspondientes, y, sin embargo,no logran tramitar mi giro. Realmente no lo entiendo. – Pero tienes que pagar hoyel hotel y el viaje. – Lo sé, lo sé. Lo siento, Inge. Me da mucha vergüenza.Primero te invito y luego... pasa esto. Pero si el banco no puede solucionarlo,tendremos que cancelar el viaje. – ¡De ninguna manera! Tú tienes problemas con tu banco, sí,pero nosotros nos vamos unos días. Yo puedo pagar el viaje.No es ningún problema. – ¡De ninguna manera! – Jacques, tú no eres un desconocido de internet. No te he conocido en un portal de citas. Te conozco lo suficiente.Confío en ti. – Claro... – Entonces, yo pago el viaje.No discutamos más. Y si quieres, puedes devolverme el dinero cuando hayas resuelto los problemascon tu banco, ¿de acuerdo? – De acuerdo. – Es importante tener consideracióncon los demás. Es importante cumplir las promesas. – ¿Nico? ¿Nico? ¿Puedes traerme un paño para limpiar? – Es útil elaborar un plan de limpieza. – ¡Nico! Necesito un paño para limpiar. Eso es un paño de cocina. Necesito un paño para limpiar.Mira, como este. Paño para limpiar. – ¡Hey! ¿Estáis haciendo la limpieza? – Sí. Por cierto, desde hace semanasquien limpia aquí soy yo. ¿Qué pasó con nuestro plan de limpieza? La idea de repartir las tareasme pareció estupenda y un embarazo no es motivopara no ayudar. – Yo creo que sí. – Yo creo que no. Nico y yo, nosotros...Bueno yo hago casi todo el trabajo. – Sí, pero yo no puedo hacer esfuerzos. – Entonces compremos un robot para aspirar. – No vuelvas a empezar con lo del robot. Nico, ¿todo bien? – No lo sé. Desde ayer a la nocheSelma no me responde. – ¿Estáis pasando por una crisis? – ¿Una qué? – Lo que Nina quiere preguntar es: ¿Os habéis peleado? – No. – Selma no responde. ¿Y qué? Quizás no tenga tiempo de escribirte. Además ahora está trabajando, ¿verdad? – Pero es que desde ayerno responde el teléfono a pesar de que la llamé tres veces. – Puede haber mil motivos. Probablemente es que no tienetiempo. – A ver, yo creo: quiere ponerte a prueba. No quiere que desistas. – ¡Pero qué tontería! – No es ninguna tontería. – Selma habrá visto tu llamada. Ahora espera un poco,si insistes solo vas a enervarla. – Aunque ha visto tu llamada,no te responde. Qué raro. Yo creo, que sí está enfadada. Quizás le has dicho algo inapropiado. – No, solamente hablamos de su práctica. – El punto no es de qué hablaron, sino qué le dijiste. Entre los hombres y las mujeres,a veces, hay problemas de comunicación... Problemas de comunicación. Mhm. Sí, quizás Selma está enojada, aunque para ti todo esté bien. También puede ser que le haya pasado algo. Eso también puede ser, claro. – ¡Sebastian! – ¿Qué pasa? – ¡Hombre! No se trata de ponerlo más nervioso,sino de ayudarlo. – Lo estoy ayudando. – Tengo que aclararlo. – Basti, de verdad,no tienes ni idea. ¡De nada! – De nada. – ¡Hey! ¿Te has vuelto loco? – Selma, lo siento… – ¿Pero qué haces? – ¿Por qué no me respondes?Te he escrito, te he llamado y… – Lo he visto, sí. – Es que... no entiendo,lo que está pasando. O me dices por qué no me respondes o me quedo el día enteroaquí delante de tu casa. – Nico, ¿de qué hablas? – No quiero que entre nosotros haya malos entendidos. ¿He dicho algo inapropiado? – Nico, yo… – Lo sé, podemos encontrarnos a escondidasen el piso o en la ciudad, pero... es que tenía que verte.Por eso he venido. – No has hecho nada mal, Nico.No tiene nada que ver contigo. Simplemente, no debemos encontrarnos,Nico. Mis padres no lo permiten. – Yo sé, pero … – No puedo seguir mintiéndoles, Nico.Me siento tan... tan increíblemente mal. Justo ahora. Mis padres no deben tener disgustos. – ¿Pero qué ha pasado? ¿Hm? – Mi padre está otra vez en el hospital. – ¿Qué? – Ha tenido un infartoy tienen que operarlo. – Lo siento mucho.Pero no es tu culpa. – Lo siento mucho, Nico. – ¡Selma! – ¡Hola, Sebastian!– Ey, qué bueno verte.¿Estás bien? – Sí, gracias, bien. De caminoa la pasantía. ¿Y tú? – Pues, voy a desayunar con una amiga. No tengo ganas de la comidade la cantina de la uni. ¿Qué te parece tu pasantía? – Las condiciones laboralesde la empresa son fenomenales, aunque las jornadas de trabajoson muy largas, algunos días. – ¿Y tu jefe? ¿Es simpático? – Es muy exigente,pero muy solícito y comprensivo. Y me parece bienque me den tareas de responsabilidad. – Genial, suena muy bien. Espero que tus colegas tambiénsean amables y que no sean complicados. – Sí, pero con la mayoríano tengo casi nada que ver. No tengo tareas en equipo.Eso me da un poco de lástima, pero igual nos encontramosal mediodía para comer. – Bueno pues, no todo puede serperfecto desde el comienzo. – ¿Cómo está Nico? – ¿Nico? Pues, sabes,Nico está bastante bien. Sigue buscando una plazapara hacer una formación. ¿Quieres que lo salude de tu parte? – Mejor no. – De acuerdo. Entonces, que te diviertasmucho en tu trabajo. – Gracias.– Hasta pronto. – Hasta pronto, Sebastian.– Adiós. – ¡Pero esto es el colmo!¡No trabajo de la mañana a la noche para a fin de mes recibirsolo la mitad de mi sueldo! ¡Tienen que estar locos! Oh, lo siento. – No te preocupes. Conozco el asunto. Después de la deducción de los impuestosy los seguros, del sueldo bruto no queda mucho. ¿Quieres que le dé un vistazo a versi todo está en regla? – Mhm. A ver, aquí constan la deducciónpor el impuesto a la renta. Aquí está el seguro médico,la caja de pensiones y la caja de desempleo. Y también el impuesto eclesiástico. – ¿Qué? ¿Impuesto eclesiástico? – Mhm. – Pero si yo hace añosque renuncié a la Iglesia. – Si te has dado oficialmente de baja,entonces… no tienes que pagarel impuesto eclesiástico. Será mejor que llames y preguntes. – Gracias, así lo haré. ¿Es esa la nueva página webde tu tienda de bicicletas? – Sí. – ¡Genial! ¿Puedo verla? – La página ya está dando resultados. Desde que está onlinecasi he doblado el número de clientes. – ¿De verdad? – Mhm. El problema es:no voy a poder seguir haciéndolo sola. Necesito ayuda en la tienday en el taller para conservar a los clientes. – ¿Por qué me miras así?¿Qué tienes entre manos? Quiero hacerte una propuesta. – Hm… – Gracias, está bien. – ¿Llamó ya el hombre de la aseguradora? – No, todavía no. Y yo no he tenido tiempo de llamar. – Lisa, ¿tendrías tiempo de leernuestro informe sobre el accidente? – ¡Por supuesto! – Muchas gracias por su ayuda. – No se preocupe.Lo hago con mucho gusto. – Podríamos tomar el té mientras tanto.¿Os parece? Señora Brunner, ¿nos acompaña a tomar elté? – Con gusto. – Está bien, okay. Muchas gracias. Adiós. – ¿Y? – A ver, hay una buenay hay una mala noticia. La buena: si hay una prescripción médica,el seguro pagará la rehabilitación. – ¡Pero eso es fantástico! – Sí. Pero la mala noticiaes que durante ese tiempo, probablemente no va a cobrar el sueldo. – ¿Qué? Pero mi papá está de baja médica. El problema es que ustedtiene un contrato temporal que vence esta semana. Si usted no puede ir a trabajar, su empleador no va a prolongar el contrato. Y por eso va a dejar de pagarle, claro. – Pero mi padre siempre ha sido un buenempleado. No hay motivo... – Selma… – No, es injusto. – Lamentablemente no hay nada quepodamos hacer. – ¿Y qué pasacon el seguro por accidentes? Mi padre sufrió el infarto en el trabajo. – Selma, no fue un accidente laboral. – ¿Y cómo vamos a pagar el arriendo? – Lo lograremos. Vamos a encontrar una solución. – Veamos, para lo que estás haciendola calificación es "insuficiente". – ¡Pff!Ich will dich mal sehen … – Sin problema. ¡Atención! – Ah, pues ahora baja. – No me sale muy bien. Probablemente se debaa que hace tiempo no hago deporte. Deporte era mi asignatura preferida. – ¿De verdad? – Así es, ¿la tuya no? – ¡Ni hablar! Mis asignaturas preferidaseran alemán e historia. – Oh, Dios mío. A mí esas no me gustaban para nada. Probablemente porque la profesorasiempre me ponía malas notas. – Probablemente te ponía malas notas, porque eras muy malo. – Las ciencias se me daban bastante bien: física, biología, química… ¡Matemáticas! Pero alemán e historia... – Las matemáticas siempre me parecieronhorrorosas. – A mí esto me parece horroroso. Bueno pues, disculpa. – ¿Podéis hablar más bajo? ¡Aquí hay gente que tiene que trabajar! – Si su humor no mejora, yo me mudo. – Y después de la formación,¿de verdad que puedo trabajar contigo? – Sí. Esa es mi propuesta. Solo tienesque querer hacerlo y trabajar. – Okay, sí quiero.Entonces, ¿qué hay que hacer luego? – Primero tienes que hacer traducirtus certificados españoles. Tan pronto te den la plazaen una escuela técnica puedes empezar con la formación. – ¿Y de verdad puedo hacerla formación contigo? – Sí. Soy técnica especializada.Estoy cualificada para enseñar a aprendices. – ¿Y después de tres añosacabaría la formación? – Exactamente.Y yo tendría un empleado muy bueno. – Bueno. ¿Hay algo que deberíatener en cuenta al traducir los certificados? O sea, ¿son muy diferentes los títulos alemanesde los de España? – Un poco diferentes sí que son. Está el "Hauptschulabschluss",el "Realschulabschluss" y el "Abitur". Este último se hace en el liceo. – ¿Pero yo podría estudiar aquíuna carrera con mi título español? – No hay problema. Pero sería mejor que pidieses información. – De acuerdo. Me informarési aceptan mi título de España. Aquí pone que necesitan un certificadode mis conocimientos de alemán. – Sí, tendrías que presentarteal examen de nivel B1. – Para eso me queda todavíaun montón por estudiar… – ¿Crees que podrás hacerlo? – ¡Por supuesto! – ¡Estoy orgullosa de ti! – ¿Lisa? Oye, lo sentimos mucho.No queríamos molestarte. – No, es que... mi horario de trabajome está volviendo loca. De verdad no sécómo voy a lograr hacer todo esto. – ¿No habías pensado en dejar cursos?¿O algunas clases privadas? Es muy estresante si tienes que ir a cada unode los alumnos... – Eso no es lo que me estresa. Además,¿con quién podrían hacer clases? – ¿En un grupo o de a dos? También podrías encontrarte con ellosen la biblioteca... o en un café. – Lo sé, sé que tengo que reducirel volumen de trabajo. Pero yo … no quiero dejar a nadie en la estacada. – Lisa… – Lo sé, lo sé.Lo pensaré. Pero, antes que nada,tengo que preparar el nuevo material para el ciclo de orientación. – ¿Cuál es el tema? – Profesiones.Mis anotaciones, ¿dónde están? Estaban aquí. ¿O las dejé en la cocina? – Okay. Para de buscar.Tengo una idea. – ¿Qué profesión es esta? – Obrero de construcción. – En una frase completa, por favor. – La mujer que lleva el cascoes: ¿una obrera de construcción? – Obrer r r r ? – …a? – Eso es. ¿Qué tienen de especial las fotosque os he mostrado? – ¿Que todos están disfrazados? – ¿Por qué? – Bueno…los hombres son obreros de construcción, y en guarderías, por lo general,trabajan solo las mujeres. – Sí, pero no. Muchos hombres son obreros.Y muchas mujeres trabajan con párvulos. Pero son profesiones que, en principio,puede aprender cualquiera. Zora, tú puedes ser obrera,si quisieses. Alan, y tú, puedes ser educadoren un Kindergarten si te apetece. Podéis escoger la profesiónque os interese y os divierta. Sea la que sea. Vamos a las hojas que he repartido. – Tuve que vender las oficinas. – ¿Y dónde trabajáis ahora? – En casa o en cafeterías. Es difícil, pero funciona. Lo bueno es que no tuve que echar a nadie. – ¿Tienes nuevos encargos?¿De qué vas a vivir? – Estoy negociandocon empresas más pequeñas a las que les interesa nuestro trabajo. Tiene buen aspecto y si va bien,pronto podré pagar mis deudas. ¿Y tú? ¿Comienzasde verdad a trabajar con Yara? También puedes solicitaruna plaza en mi empresa. – Primero voy a hacer una formación. Pero,antes tengo que aprobar un examen dealemán. – ¿Para qué necesitas esa formación? Si haces el examen de alemánpuedes entrar a la universidad. – No quiero ir a la universidad. – ¿Hablas en serioy prefieres ser mecatrónico? ¿De qué piensas vivir? ¿Con qué vas a ganar dinero?¿Reparando bicicletas? – Yo no conozco muy bien tu situación, pero yo no tengo deudas. – Yo solo quiero que no te equivoques. – Okay, ¿de qué se trata en realidad? Mi intención no es hacerme rico. Solo quiero hacer un trabajo que me guste. – Pues, cuéntaselo a nuestros padres. – ¿Y por qué? – Llamémoslos. Es hora ayudarnos mutuamente, ¿no? – Okay. Si no queda de otra. – ¿La última?– Sí. – ¿Me ayudas? – Tengo que servir bebidas. Los de la tres pidieroncuando estabas en la cocina. – No te preocupes, me encargo solo. – Oh.– ¡Hey, Nico! Gracias. – ¡Ey!– De nada. ¿Qué hacéis? –¿Tú qué crees? – Las cajas. – Ah. Estamos llevandolo que nos ha quedado del fin de semana a organizaciones socialesque podrían necesitarlo. – Genial. – ¿Y tú de dónde vienes? – Pues de la agencia de empleo. Estoy tramitandomi plaza para una formación. – ¿En el taller de Yara? – Mi título españollo han reconocido. – Qué bien, ¿verdad? – Sí, mucho. Desde que era pequeñome ha gustado reparar cosas y pronto ganaré dinero con ello. – Oye, y si te aburres,siempre puedes hacer otra formación. – ¿Qué? ¿Otra formación? – Sí. Y aprendes algo nuevo. Tarek y yohicimos una formación cuando abrimos el restaurante. – Te ayudo. – De acuerdo. Oh. Ah, Nico. – Últimamente no llegastan bien preparada a clase, Selma. – Lo siento. – A ver, sigues haciéndolo bien, pero... Digo, ¿va todo bien? – Sí, sí.Es solo que estoy estresada. – Estas prácticas están resultandomuy duras, ¿verdad? – Sí. Pero me gustan mucho. La arquitectura me parece súper interesantey mi jefe está satisfecho conmigo. – La verdad es que no me extraña. – Estamos participando en un concurso. Es súper interesante. – ¿De qué se trata? – Se trata de diseñar un puente. Y me han dicho que yo haga una propuesta. El proyecto que gane, se contruye. Imagínate, ¡un puente de verdad! – Selma, suena súper bien. – Gracias. Pero realmente es un proyectopara arquitectos principiantes. Saben másy pueden hacer mejores cosas que yo. Es poco probable que yo gane. – Por algo hay que empezar. – Hasta luego. – Adiós. Espero impacienteel resultado de tu puente. – ¡Yujú! ¡Ya está! – ¿Pero qué pasa? ¿Estás bien? – ¿A quién tenéis delante vuestro? – Uhmmm…¿A un hombre que hace preguntas tontas? – Pues tenéis delante al hombrecon la mejor nota de todo el año. – ¡No! – Felicitaciones. – ¡Bien! – Muy bien. Súper. – Sí. Eso significa quemi vida de estudiante llega a su fin. – Tu estudio se acaba cuando hayas acabadode pagar tu crédito estudiantil. – Pues sí, tan pronto tenga un trabajo,no será problema. ¿Os acordáis de las fotosque hice para la revista? – Mmm. ¿Las fotos de profesiones? Pues la redactorame ha ofrecido un trabajo. – ¡Qué bien! – ¿Vas a decir que sí? – No lo sé.Es que sería empleado … – Y tú prefieres ser autónomo. – SÍ – ¿Qué significa "ser autónomo"? – Si opto por ser autonómo,yo sería mi propio jefe. – Y puedo decidir qué encargos acepto y cuáles no. – Pero también puede serque no tengas clientes. – Como Pepe, ¿verdad? – Pues sí, es un poco inseguro. Pero no tengo que decidirloen este momento. Ya lo pensaré. – Cheese. – Buenas tardes. – Buenas tardes. – Yo también tengo frío,pero usted exagera un poco, ¿no? – ¿Exagero? No puedo entender cómose puede soportar este frío tanto tiempo. – Uno se acostumbra al clima. – ¡Eso espero! – ¿De dónde es usted? – Soy de Siria. – Ahí por lo general hace calor, claro. – No solo hace más calor.A veces hace demasiado calor. ¿Nos hemos visto antes? – [No.] – ¿En qué puedo servirle? – Quiero una bicicleta de segunda manoy quería informarme primero. – Usted no tiene ninguna bicicleta, ¿no? – Exacto. Pero mi hija Selma tiene una. Va en bicicleta al trabajo y le resulta más baratoque el abono mensual del tranvía. – Entiendo. Le muestronuestras bicicletas de segunda mano, ¿sí? – Muchas gracias. – ¡Hola! – ¡Inge! – Querría el menú del día,pero no solo con judías verdes, sino también con zanahorias. – Inge, qué bueno verte. – Has rejuvenecido diez años, por lo menos. – Las vacaciones han sidomuy relajantes, al parecer. – No os burléis. Estoy en perfecto estado físico, a menos que la edadsea una enfermedad. – ¿Quieres decir que las vacacionesfueron agotadoras? – ¡Qué va! Las vacaciones fueronespléndidas. El problema fue el clima. Cuanto más brusco el cambio detemperatura, más me duelen los huesos. – Primero te hago un té,y verás que se te pasan los dolores. – Qué amable, gracias. – Inge, ¿dónde es que habéis estado? – En Egipto. – ¡En Egipto!– ¡Qué bonito! – ¡Qué dolor! – Espero no hayais estado solo en el hotel,sino también en el interior del país. – Nuestro hotel estaba en el interior. – ¡Inge! – Y claro que vimostodo lo que hay que ver: el Valle de los Reyes,Giza, las pirámides... – ¡Genial! – Sí, ¡pero qué cantidad de turistas! Horroroso. Los faraones deben estarrevolviéndose en sus tumbas. – ¿No os comprásteisun palo para selfies? – Qué gracioso. Jacques sí que quería. Así son los hombres,nunca maduran. Gracias. ¡Ay! ¡Oh, no, chicos, no! – Hola Inge. Ya estás de vueltade las vacaciones. – Sí. ¿Y tú qué cuentas, Nico? – Nico va a empezar pronto una formaciónen el taller de Yara. – ¿De verdad? ¡Estupendo! – Van a ser tiempos duros, Nico.Prepárate. – ¿Por qué? – Yara es una jefa exigente. Vas a tener quetrabajar día y noche. – Aquí con nosotros habría sido diferente. En el restaurantete la habrías pasado bomba. – No les hagas caso. – Pero es verdad. Por lo menos en invierno. – En verano hay más clientes en las mesasde afuera y hay más que hacer. – Pero en invierno, en la tienda de bicicletastambién hay menos que hacer: debido al tiempo,casi nadie anda en bicicleta. – Vas a ver que no es así. – Nosotros, por ejemplo, andamos enbicicleta también cuando hay hielo y nieve. Qué pena, Nico,pero...nunca más tendrás tiempo libre. – Bueno, pero en verano por el calorhabrá siesta al mediodía. – Ja ja ja. Eso será en España. – Vas a tener que cambiar de hábitos. – A mí una siesta me parece genial. – Pues sí, entonces quizás nosotros hacemossiesta. Y podemos ir a visitar a Nico,que estará en la tienda al mediodía. – No sé qué les pasaa estos dos hoy. – Demasiado trabajo. – Buenas tardes, señora González. – Buenas tardes. – ¿Me daría un café? – Claro. – ¿Cómo está usted? – Bien, gracias. Aunque quizás pronto ya no tan bien si todo el mundo siguecontaminando a este ritmo. – ¿Mmm? – No a usted... – ¿El señor Murz otra vez? – Deja encendido el motor de su auto, nosolo hace mucho ruido, también es muy malo para el medio ambiente. – Quizá necesitaba calentar el motor. – Si las emisiones siguen aumentando y lo que pronostican investigadoresy especialistas se hace realidad, aquí pronto habrá un calentamientogeneralizado. Felicitaciones. – Bueno, yo no me enojaríasi hiciese un poquito más de calor. El frío que hace hoy es horrible. – El calentamiento global es un hecho. Las temperaturas no paran de aumentar. Y cada vez hay más emisiones de efectoinvernadero en la atmósfera. Las causan gente como el señor Murz. – Vale, déjelo estar. – ¿Cuánto le paga el señor Murzpara que le deje pasar tantas cosas? – Más que usted en todo caso... – ¿Quieres una galleta?Las hice esta mañana. – Muchas gracias. – Yo también quiero una. – ¿Y si lo pidieses amablemente? – Uhm... Estas no las has hecho tú. – ¿Por qué no? – Porque están muy ricas. – Sí. Ricas. – Bien. Fue tu última. Lisa, ¿quieres una galleta? – Gracias. – ¿Qué estás haciendo? – Mañana tengo que tratar el temareciclaje y protección medioambiental. Todavía no sé cómo. – ¿Y por qué? ¿Cuál es el problema? – A ver, el tema es importantísimo. Pero si la claseno es interesante, la gente se aburre. – ¿Aburrido? Espera, escucha: Si seguimos explotandoasí nuestro planeta, para el año 2030vamos a necesitar por lo menos dos Tierras. También puedes decirles a tus alumnosque a diario desaparecen 130 especies. Sin más. – ¿Qué? – Pues sí. Insectos incluidos. – Es que mientras más estadísticas use,más pesado es el tema. – No es verdad. – Sí lo es. Es muy abstracto. Mis alumnos deben asumir un rol activo. Se trata de que desarrollensu conciencia medioambiental y que reflexionensobre su propio consumo. – Bueno, en realidad basta con quepor una semana compres sin empaques. El plástico es tan nocivo. – Eso es, gran idea. – ¿Ah sí, gran idea?Es súper sosa. – A ver, si una semana enterarenuncian al plástico, se darían cuentade cuántas cosas son de plástico. Me parece genial. – ¡Claro! – Aquí ven a un ser humanocon dos cerebros, es evidente. Y con muchas galletas. – ¿Qué significa "Gehirn"? – No es que tengan que renunciaral plástico de por vida, solo una semana. Ánimo, venga. El plástico es muy nocivopara el medio ambiente. ¿Os queda claro que haymuchas toneladas de plástico en el mar? Los peces enferman por eso. Nosotros ingerimos esos peces y también enfermamos. Es un ciclo. Entonces, ¿lo hacemos? – ¿Usted también, señora Brunner? – Por supuesto. – Nina, ¿pero qué haces?¡Tengo hambre! – Lisa, le prometiste a tu clase renunciar a usar plásticos por una semana. Queda claro que proteger el medioambienteno es coser y cantar. – Tienes razón. ¿Alternativas? – Cuéntame: ¿cómo va tu puente? – ¿Te refieres al puentepara el concurso? – Exacto. – Tengo mucho que hacer,pero he avanzado bastante. – ¿Estás satisfecha? – No del todo. Pero se me ocurrió que podíamosinstalar celdas solares en los laterales. Para alimentar los faros del puente. A algunos compañeros les gustó la ideay quieren colaborar. – ¡Qué bien! – Las energías renovables interesa mucho,también en la arquitectura. Se puede ahorrar mucha energíaconstruyendo de otra manera. Es fascinante. – Justo hace poco leí un artículosobre casas inteligentes. – Aquí tienen, dos sopas del día.¡Qué aproveche! – Gracias. – Hola, Tarek. – ¿Cómo vas?! – ¿Max no está? – No, hoy tiene libre.¿Quieres comer algo? – Ahora. Lisa, hola. – Hola, Yara. ¿Cómo estás? – Bien. No quiero molestar, pero ya que estás aquí... – ¿Qué sucede? – Estoy organizando para mañanaun mercadillo para ayudar a refugiados: cosas usadas, bicicletas,ropa... Si tenéis algoque ya no necesitéis, traedlo. – Es muy buena idea.Se lo diré a mis alumnos y tú puedes decírselo a tus padres. – Seguro. – Súper. – Es muy amable, muchas gracias. – Perdón, soy Yara. – Selma. – ¿Selma? ¿La Selma de Nico? Encantada. Nos vemos mañana, entonces. – Hasta mañana. – Adiós. – A ver, Selma:¿Nico y tú, qué es lo que pasa? – Buenos días, soy el señor Fromme.¿Usted es quien organiza el mercadillo? – Sí, soy yo. – Trabajo para el diario Tageblatt.¿Me respondería algunas preguntas? – Con gusto. – ¿Cómo se le ocurrióorganizar un mercado de pulgas? – Es sencillo: no siempre se puede comprarcosas nuevas. Aquí reciclamos. Los objetos usados no se tiran,cambian de dueño. – Lo especial aquíes que todo es gratis. ¿Por qué? – Cuando usted tira algo a la basura,tampoco le dan dinero por ello, ¿no? – ¡Pero qué bonita es esta! – Esta me gusta más. – ¿Señora González? – Disculpe, ¿qué más quería saber? – Ay, no, no sé… – No sé cuál es tu problema. – ¿De qué habláis? – El periódico en el que saldrá el artículosobre el mercado de Yara le ofrece publicar, gratisun anuncio de la tienda. – Fenomenal. – Es que creo que el reporterose ha enamorado de mí. – ¿Y qué? Toda publicidadserá buena para ti. Y deberías aprovechar toda oportunidad de conseguir más clientes. – Bueno, sí. – ¿En qué rúbricapondrían el anuncio? – Saldría probablementeen la sección local. – En deportes sería mejor. – Eso no lo decido yo. – Habría que ver... – ¿Qué significa "rúbrica"? – Son las secciones de un periódico,dedicadas a temas por separado, política, economía, deporte, cultura... – La sección de cultura se la llamaa menudo "Feuilleton". Es francés. – En todo caso deberías aceptar su oferta. Mira:te diseño hoy mismo un anuncio y tú llamas al reportero.¿De acuerdo? Quién dice que no sea una persona linda.Qué importa, tú no tienes pareja, ¿no? – ¡Ey! – Primero se proponela idea para un artículo y luego se hablacon el jefe de redacción. ¡Ey, Harry!¿Qué tal la última copa de anoche? Y entonces los reporteros empiezana investigar y a hacer entrevistas. Luego se escriben los artículos.Después pasan por el editor. Al final, los diseñadores gráficosse encargan de todos los artículos. Y entonces es cuando el periódicova a la impresión. – Impresionante. Suena a mucho trabajo. – Claro. Somos profesionales.Nos gusta que sea así. Esta es la redacción local.El corazón de este periódico. – Quería agradecerle otra vez haber publicado mi anunciogratis. – Con mucho gusto.Es lo bueno de ser jefe, ¿no? Así, de vez en vez, uno puede hacerleun favor a alguien. – Aprecio mucho su gesto. – Si usted quiere,podemos tomar un café. Yo pago. Bueno, es decir,estaría bien, ¿no? – Y luego quería ir a tomar café conmigo. – ¿Por qué no lo hiciste? Hubieses logrado que pusierael anuncio en portada. – Para. Me da mucha vergüenza. – ¡Qué tontería! No es de extrañarse que hoynadie lea periódicos. No te preocupes, tu anunciofue una buena cosa. Te va a ayudar. – A mí sí me gusta leer el periódico. Y estoy segura de que no soy la única. – ¿Cuándo lees tú el periódico? – Me encanta leerlo por la mañana con una taza de café. O a la noche, antes de ir a dormir. – Pero hoy todo se leeen el teléfono móvil. Los periódicos no son prácticosy simplemente ya no son modernos. – El periodismo sigue siendosumamente importante. Y los periódicos siempre serán importantes. La mayoría tiene hoy en díauna aplicación. – La mayoría, pero no todos. ¿Verdad? – ¿Qué quieres decir? – Buenas tardes a todos. Me llamo José González.Pero todos me llaman Pepe. Voy a presentarlesuna propuesta digital para el periódico. No solo elaboramos su aplicacióny sus páginas web, sino que los preparamospara un incremento de sus lectores. Las ventajas son evidentes. Con la nueva aplicación,habrá más gente que lea su periódico. Gracias por su atención. – Hola, Otto. – Hola, Thomas. Qué bueno verte.¿Qué tal tus vacaciones? Seguro que te salieron módicas, ¿no? Pronto vamos a ser grandes, Otto…Más grandes que los otros periódicos. Redes sociales, versión digital,aplicaciones. ¡Estamos en la cresta de la ola! Y para ti también va a ser beneficioso.Tus anuncios los leerán más mujeres. – Thomas, te quería pedir un favor. – Lo sé. ¿Cómo quieres llamarte?¿Jérôme? ¿Rodrigo? – No, no es eso… – ¿Cómo quieres que te describaen tu siguiente anuncio? ¿El hombre más sensible del mundobusca realizar su sueño? ¿El más comprensivoy encantador de los hombres? ¿O un poco más directo? ¿El hombre que ustedalejaría de sus hijas, pero que está en sus sueños más ocultos? – Thomas, ya no quieroanuncios buscando pareja. – ¿Qué? ¿Por qué? – Me he enamorado, Thomas.De verdad. Es la mujer más estupenda y divertidaque he conocido en mi vida. Y quiero que me ayudesa no dejarla ir, nunca más. – Nos conocemos desde hace 15 años, Otto. Desde hace diez,publico tus anuncios en mi periódico. Me encantará hacerte ese favor, amigo mío. – Buenas tardes, ¿nos ha llamado? – ¡Hola! Sí, la verdades que nos da mucha vergüenza, pero ha habido un terrible malentendido. – ¿Un malentendido? – Sí. Pero podemos explicarlo todo. – Ummm... – ¿Max? – Sí. Era un mediodía normal. Nico estaba en la parte posterior. – Sí. Inge empezó a toser. – ¿Todo bien, Inge? – Sonaba muy mal.Se puso muy roja. – Ven, bebe. Bebe esto. – Inge se bebió el aguay dejó de toser. – Inge volvió a sonreír,y se fue a los lavabos a refrescarse. – Voy a refrescarme. – Nosotros volvimosa la cocina, mientras Nico oíaque Inge había vuelto a toser en los lavabos. – Nosotros no nos dimos cuenta,porque entretanto se quemó la"Tiegelwurst". – Cuando entré a la cocinay vi todo quemado grité: ¡Mierda, la "abuela muerta"! – ¿La abuela muerta? – Sí, nuestro plato de "Tiegelwurst"se llama "Abuela muerta". Así se llama en lenguaje coloquial. – Pero Nico lo entendió al pie de la letra.No es de Alemania. – Lo siento mucho, me dio mucho miedo. Pensé que a la abuela Ingele había pasado algo. – Eres un encanto, Nico. – Sí, nos apena mucho. Lamentamos haberlos hecho venir. – No hubo mala intención. – No. Podía haberle pasado a cualquiera. – Es decir, a todo el que no hablemuy bien alemán. – En realidad,deberíamos estar agradecidos con Nico. Ha demostrado que tiene valores cívicos. Se preocupó. – Eso es. En realidad, no es vergonzoso, si alguien lo hace con la mejor intención. – ¿Quiere que revisemossu garganta, señorita, aprovechando que estamos aquí? – ¡Señorita! Me ruboriza. No se preocupe, estoy bien. – Entonces, buen día. – ¡Muchas gracias! A ustedes también.– Gracias. – Adiós.– Adiós. – ¡Adiós! Yo lo hago. – Adiós. – Adiós. – Muchas gracias. – ¡Ey! – Hola. Los Al-Pascha nos han invitadoesta noche a cenar. – ¿De verdad? – Para darnos las graciaspor el mercadillo y la bicicleta. – ¿Yo también estoy invitado? – Claro, ¿por qué no?Creía que eras amigo de Selma. – Bueno, sí. – ¿Qué estás haciendo? – Quiero informarmesobre las reglas de cortesía en Siria. Hoy ya me pasó una cosa vergonzosa.Suficiente. Mira aquí dice: "Cuando usted saludea una familia siria, el hombre no debe darle la manoa la mujer. No es usual y puede resultar descortés. Además se debe mostrarinterés por la familia". – Pero no conocemosa la familia. – ¿Y qué?Aquí lo pone. – Te lo tomas muy en serio. – ¿Qué? – ¿Podría tener algo que vercon la tal Selma? – Para nada. – Hola, yo soy Yara. – Yo soy Aya. – Mi esposa. – Encantada.Muchas gracias por la invitación. – Selma, mi hija. – Hola.– ¡Hola! – Hola, yo soy Nico.Encantado de conocerlo. – ¡Tomen asiento! – Podemos tutearnos. – ¿Cómo está la familia? – ¿Qué familia? – Pues, vuestra familia. – Creo que está bien.Y, ¿cómo está tu familia? – Creo que bien también. – ¿Postre? – ¡Qué bueno se ve! – No, gracias. – Por favor. No quiero que vuelvascon hambre a casa. ¡Pruébalo! – ¿La gente en Siria es, normalmente,así de hospitalaria? – Sí. Pero... en Alemania también. Tengo la impresión de quemuchas reglas de cortesía son semejantes. – Pues ahí habrá que preguntarle a Nico.Es nuestro especialista. – ¿Hm? – Entiendo.Por eso la pregunta acerca de la familia. – Yo he leído que es cortésinteresarse por la familia. – Si uno conoce a la familia, sí. Pero es formidable que te hayasinformado. – ¡Adiós! – ¡Adiós!Y muchas gracias por la magnífica cena. – Hasta pronto. – Gracias. – Oye, Selma y tú,está más claro que el agua, ¿no? – No, lamentablemente.Es bastante complicado… – ¡Nico! – ¡Selma! – ¿Te vas de fiesta esta noche? – Pues, es que Yara insisteen que Pepe, ella y yo celebremos esta nueva etapa. – ¿Nueva etapa? – Porque todos nos quedamos en Alemania y voy a comenzar ojalá pronto a trabajarcon Yara en la tienda. – Eso es maravilloso, Nico. De verdad. – Faltó poco para que no me vendieranni el vino ni el champán. – La dependienta no quería darmelas botellas si no le mostraba mi carnet de identidad. – ¿No se creíaque eras mayor de edad? – A ver, dime la verdad: ¿de verdad parezco tener 17? – Es un cumplido que la dependientate haya pedido la identificación. Te ves muy joven. – Gracias. – Fue bonito anoche. – Sí, para mí también. – Te echo de menos, Nico. – Encontrémonos mañana.Cortito. No importa dónde, tengo que verte. ¿Hm? – Te escribo. – Sigues engañando a tu familia. ¿Con él? Es una vergüenza. En Siria no mentías. Desde que te encuentras con él, nosengañas. – Señor Al-Pascha, nos encontramospor casualidad. – ¿Me tomas por idiota? Este hombre me miente. Y te lleva a ti a mentir. Incluso a comprar alcohol. ¡No es buena compañía! – ¡Ey! – ¿Desde cuándo os estáis viendo? – No es asunto suyoa quién ve su hija. – ¿Que no es asunto mío? ¿No es asunto míoque mi hija eche su vida por la borda? ¿Qué esperas tú de la vida? ¿Cuáles son tus perspectivas? ¡No tienes ninguna! ¿Cómo vas a mantenerla? – Yo lo quiero, papá. – Y yo te quiero a ti, Selma.Eres mi única hija. Y por eso te prohibo volver a verlo. Por tu bien. – No puede hacer eso. – ¡Selma! – Antes de tener un restaurante,trabajé mucho tiempo como cocinero. En un bistró,parecido a vuestro restaurante. – Antes de abrir este restaurante, trabajé como electricista en una empresa. – Y yo era empleado de banco. – ¿Verdad? Increíble. Entonces ahora trabajan en un sectormuy diferente. – Sí, pero ha valido la pena. – Aun cuando la gastronomíasea bastante agotadora. – ¡A quién se lo dice! Pero uno aprende mucho en la gastronomía.Antes de ser cocinero lavé platos. Qué tiempos.Podría escribir un libro. – Nadie quiere leer tu biografía. – ¿Qué? Pero quizá sí que haya genteque se interese por mis vivencias. – Jacques, nosotros leeríamos su biografía.¿Verdad, Max? – ¡Seguro! – ¿Ves? Ya tenemos dos compradores. – ¡Ey! ¿Ha pasado Nico por aquí?Dijo que iba a comprar algo. Pero eso fue hace horas. – No hemos vuelto a verlo desde ayer,cuando llamó a los primeros auxilios. – ¡Otto! ¿Qué haces aquí? Otto, hola. Soy yo, Yara. – Perdón, aquí hay un malentendido.Es Jacques. – No, seguro que no.Es Otto, de Duisburgo. Lo conozco desde hace años.Le compro bicicletas de segundamano. – Inge… – No me digas que tiene razón. – ¿Qué está pasando aquí? – Me gustaría saberlo. – Déjame explicártelo. ¡Inge! ¡Inge! Inge, ¡espera! Yo... – ¡Inge! ¡Inge, por favor! Sé que estás furiosa, …y tienes toda la razón del mundo.Sí, te he mentido. No me llamo Jacques, no soy dueño de restaurantes y… no soy de Francia. – ¿Se trató siempre del dinero? Del dinero para pagar el champán, del dinero para las vacaciones… – Te lo devuelvo todo. – No quiero que me pagues nada, Jacques. ¿No lo entiendes? El dinero me da igual. Por suerte, no lo necesito para ser feliz. Pero, ¿fue algo de esto de verdad? – ¿Qué quieres decir? – ¿Hubo algo verdadero de lo que dijiste? Y por favor, por favor, ¡esta vez no me engañes! – Todo lo que te dije de mí es mentira... – Ya. – Pero ahora, desde nuestro viaje,todo se volvió real. Quiero empezar de cero contigo Y creo que todo puede funcionar. Sé que debes sentiruna horrible confusión, y sé que el culpable soy yo. Pero mi corazón y mi menteme dicen… – No vuelvas a hablar de corazón y mente. No tienes ni lo uno ni lo otro. Y no te creo ni una sola palabra más. No quiero volver a verte nunca. ¡Jacques! – No creo que "Jan en un saco" sea un platode Baden-Wurtemberg. – Aquí dice: "un especialidad de la ciudadde Oldenburgo". – Ah, claro, porque Oldenburgoestá en Baden-Wurtemberg. – Yo creía que sí. – No solo estás en el Land equivocado,sino en una región muy diferente. Oldenburgo está en el noroestede Baja Sajonia. – Oh, ups… – Hola, Nico. – ¡Ey! Estoy buscando mi libreta de vocabulario.¿Me la dejé aquí? – Sí. Está debajo del mostrador, a laizquierda. – Súper. La necesito, porque hoy más tardetengo mi examen de nivel B1. – ¿De verdad? Mucha suerte. – Gracias. – Yara te andaba buscando ayer. – Ya está todo claro. ¿"Jan en un saco"? ¿En qué andáis? – Estamos buscando recetas clásicasalemanas con nombres descabellados... como "Abuela muerta". – Explicamos el origen del platoy cómo prepararlo. Y los videos los ponemos en internet. – ¡Qué buena idea! – Gracias. – Mucha suerte. – Gracias. – A ver, ¿de dónde viene "Perro frío"? – "Perro frío"... – A mí me importa un bledolo que usted haga en su tiempo libre.Pero los vecinos se han quejado. – ¿Quién se ha quejado? ¿El señor Murz acaso? ¿De qué se quejó? – Bueno, es que hubo ruido todo el día y hubo mucho líodelante de la puerta. – Mucho lío. – Solo le estoy diciendolo que me dijeron. – Por supuesto. – Pudo haberme llamado. ¿Para qué existen hoy en día los móviles? – Pusimos mucho cuidado en dejar librela entrada del edificio. Y antes de las horas de descansotodo estaba desmontado. – ¿Quiere decir…? – No he hecho nada mal. A ver, ¿de qué estamos hablando? ¿No tiene nada mejor que hacer? Nosotros trabajamos para los refugiados,¿y usted se preocupa por un poco de ruido? – Esa tarea déjesela mejora los políticos. – Me parece que los políticos hacen muypoco. Por eso nosotros mismosnos debemos poner manos a la obra. – ¿Por qué no entra directamente en política? – Pues quizás lo haga. – No sé si soy lo suficientemente bueno. – Nada de falsas modestias, hermanito. Hablas súper bien. Te conoces las reglas. Solo relájate. – Hola, Pepe.– ¡Hola! – Oye, sé que están preparandoel examen de alemán. Pero, ¿podrías echarle un ojoa mi declaración de impuestos? Es la primera vez que la hago y me pone nerviosa. – Yo puedo seguir solo. – ¿Seguro?– Sí. – Venga, te ayudo. – Muchas, muchas gracias.Ahora me queda más claro. No sabía que podía descontar la movilidad para mis actividades benéficas. – A veces se puede, a veces no. Siempre tienes que intentarlo. – A mí me asombracómo puedes hacer todo lo que haces. – A mí también. – ¿Haces algún deporte? Digo,cuando yo tengo mucho que hacer necesito deporte paracompensar. – No, yo no. No hago deporte. ¿Qué hacestú? – Boxeo. Es agotadory se puede descargar la tensión. Pero quizás no sea lo más adecuado para ti. – Si te soy sincera siempre he querido probarlo. – Okay. ¿Cuándo? – ¿Ahora mismo? – Okay, vamos. – Adiós. – Ya está.No puedo estudiar más. – Lo que no sepas ya, no podrás aprendérteloen las próximas dos horas. Mejor descansa un poco. – Tienes razón. – ¡Sorpresa! – ¿Qué es eso? – ¿Esto? La papeleta para las eleccionesal parlamento del Land el mes entrante. – Nunca acabo de decidirme si liberal,social … – En todo caso, no conservador. – Eso no se puede decir así. – ¿Qué se vota y a quién en Alemania? – Es un poco complicado. El mes entrante votamos el parlamento para el estado federado en que vivimos. Luego hay también elecciones municipales, las federales y las europeas. – Sebastian al parecer tampocoha acabado de entenderlo. – Pero sí lo suficientecomo para no votar sin conocimiento. – Vivimos en una democracia. Aquí hay libertad de opinión. – ¿Y se vota por una personao por un partido? – A ver, tienes dos votos. El primero es para un candidatode tu circunscripción electoral, el segundo para un partido. Si un partido ha sido muy votado puede tener más escaños en el Parlamento, es decir está más representado. Pero en realidad, no lo entiendo exactamente. – Aja... – Ahora tú. Pensé que no habías boxeado nunca. – Es la primera vez que lo hago. – Pues para ser la primera vez,el saco tiene que aguantar bastante. – Sí, de niña no jugabacon casitas de muñecas. Siempre anduve con chicos.Así que nada de melindres. – ¿Dónde creciste? – En la cuenca del Ruhr. – Allí donde se extraía carbónpara la industria, ¿no? – Sí, por eso se conoce mucho esa región. Comenzó en la industrializacióny luego todas las pequeñas poblacionesfueron transformándose y en la posguerra se convirtieronen grandes ciudades. – Más centrales energéticas, más obreros. – Sí. Y más obreros significa más hijos de obrerosque podían ser insolentes. – ¿Cuándo te fuiste de allí? – Cuando empecé la universidad. La región tiene su encanto,pero son ciudades obreras. Y no son muy bonitas. – Sí, en la guerra cayeron muchas bombas,¿no? – Sí, no es que me queje. Solo digo que hay lugares más bonitos. – ¿Qué hora es? – Ni idea. – ¿Puedes prestarme tu auto? – Claro. – ¿Sí? – ¡Espera! – Hola, Selma. ¿Qué estás leyendo? – El estudio de arquitectos tieneun nuevo proyecto habitacional. En el enclave de una antigua explotacióna cielo abierto en la cuenca del Ruhr. Van a construir viviendas intergeneracionalesy ecológicas. Estoy leyendo al respecto. – ¿Explotación a cielo abierto? – Durante la era de la industrializaciónpor el año 1800 se detectó en la cuenca del Ruhrgrandes yacimientos de carbón. Desde entonces, en la región del Ruhr,en condiciones laborales muy difíciles, se ha extraído mucho mineral. Durante el auge económico, la regiónalcanzó casi seis millones de habitantes. Hoy la demanda de lignito y hullaha decrecido y por eso muchas minas se cierran. La pregunta es,¿qué hacer con ellas? No todas se pueden convertiren jardines y huertos familiares. ¿Satisfecha? – Selma, cuida el tono con que me hablas. Tienes que entendernos, a mí y a tu padre. – ¿Y quién me entiende a mí? Hey, Lisa. Necesito tu ayuda. Cariños, Selma. – Inge, ¡por favor! Déjame entrar. Si pudiese volver atrás,lo haría todo diferente. Borraría todos esos años de mentiras. Pero pasó como pasó. Soy de Duisburgo, Inge. Mi padre fue un obreroen la industria del acero y, después, yo también. Como mucha gente en los años 60...nos mudamos a la cuenca del Ruhr. Sí, hasta que el trabajo se acabó. Pero yo era muy guapo. Con las mujeres siempre tuve éxito. Y siempre que salía con una,ella insistía en invitarme, a mí, al pobre muchacho desempleado. En algún momento, me di cuentade que podía sacar provecho y lo hice. Mi arriendo siempre lo paguécomerciando con autos usados, con bicicletas, con todo tipo de cosas. Y las mujeres me facilitaronpoder darme una buena vida. Una vida linda... significa ahora para mí solamentepoder estar contigo, Inge. Y sé también que si ese sueño no se cumpleel único culpable soy yo. – Disculpe que los moleste. Buenas tardes.– Buenas tardes. – Usted no molesta. Tome asiento, por favor. – Lamentablemente no tengo mucho tiempo. Me acaban de dar dos billetes para una velada cultural muy interesanteen el centro de la ciudad. Habrá una exposiciónmuy interesante y el estreno de una pieza de teatro. Después hay una películasúper buena en el cine. – Suena interesante. – Sí, es muy interesante porque la exposición essobre migración y patria. Y pensé, que sería bonitoque Selma me acompañase. – Selma no tiene tiempo para eso. – Ibrahim, deberías permitir que Selma laacompañe. – Bueno, a ver, dime en quétengo que ayudarte, porque acabo de mentirlea tus padres descaradamente. – Lo siento. Fue una mentira piadosa. Tengo que ver a Nico. ¿Sabes dónde está? – Sí, ven. Date prisa. – ¿Y qué tal? – No sé. – ¿Pero cómo crees que salió? – Bien. – ¡Nico! – ¡Selma! – ¿Ya hiciste el examen? – Sí, acabo de terminar. – Qué bien, pensé que llegábamos tarde. – Tengo que hablar contigo. – Esperamos fuera. – Sí. – Nico… – No digas nada. Nunca debí ponerte en esta situación. – ¿En qué situación? – En la de tener que decidirentre tus padres y yo. – No es solo responsabilidad tuya. – Lo sé. Y yo también deseo que pudiésemosestar simplemente juntos. Yo haría todo lo que estuviera en mi mano. – Yo también. – Pero no está en nuestras manos. Bueno, yo... yo tengo miedo de que, si te decidieras pormí, llegases a lamentarlo. – ¿Por qué lo dices? – Mi familia es un gran caos. Y yo no quiero ser el motivode que eso suceda en otra familia más. – ¿Quieres dejarlo? – Nunca hemos estado juntos, Selma. Nunca. – Es increíble lo que has logrado. – Pero si ni siquiera sési he pasado el examen. – Yo estoy seguro de que lo lograste. – Ojalá. No estoy muy seguro por la cartaque tuvimos que redactar. Tengo miedo de tener demasiados erroresen la parte escrita del examen. – No van a suspenederte por algúnque otro error. De verdad, no te preocupes. – No sé si soy capazde no preocuparme. – Tres copas más y problemasolucionado. – Piensa que tu formación empieza pronto. Vas a tener que hacer muchos exámenesmás. – Eso es verdad.Estoy emocionado por todo lo que sucederá. – Este examen es el primer pasoen tu nueva vida. ¡Por ti, Nico! – ¡Por ti, Nico! – ¿Estás seguro? – Estamos aquí desde hace más de un año. La guerra en nuestro paísva para largo. A mi mujer le encanta este país y mi hija tiene aquí la oportunidadde ir a la universidad. Puedo imaginar un futuro aquí, Pepe. Y me propongo que ese futuro sea bueno. – No soy especialista, Ibrahim, pero túno provienes de un país de la Unión Europea. Creo que tus títulosno se pueden homologar tan fácilmente. – Lo sé. – ¿Y a pesar de todo quieres abriruna consulta aquí? – No ahora mismo, en un par de años. Te dije que mifamilia se merece tener un futuro en este país. Y voy a luchar para lograrlo. – ¿No sería mejor buscar una plazaen un hospital? – También para eso tendríaque homologar mi título, dar exámenes de alemán para que me den mi licencia de médico. – Entiendo. – Pero en Alemania hay mucha demanda. Hay muy pocos médicos de cabecera. Y si lo lograse, tendría tiempo para mi familia. De médico en un hospital, tendría que trabajar horas extras, turnos de noche. Es agotador,Pepe. – Te creo. – Tengo que resolver muchas cosas y espero que homologuen mi título. Luego tengo que hacerlos exámenes de alemán y probablemente algunos otros. Todo eso cuesta tiempo y dinero. Y en ese tiempo no puedo asumir otro trabajo a tiempo completopara seguir manteniendo a mi familia. – Pues sí, el arriendo hay que pagarlo.Lo que tú necesitas es un crédito. – No creo que vaya a ser fácilconseguir un crédito. – No lo entiendo. Está claro que no soy un hombre adinerado, pero debe haber una posibilidad. – Para empezar, los créditos se otorgan bajo ciertas condiciones. – Conozco esas condicionesy las acepto. – Sí, vale, pero es el bancoquien debe aceptarte a ti. – ¿Y por qué nome aceptaría el banco? – Porque no puedes probar que tienesliquidez. Además faltan comprobantes de ingresos… – Mi familia y yo salimos huyendode la guerra y la muerte. No pensamos en traer nuestradocumentación. – Escucha, yo estoy de tu lado. Pero yo no puedo cambiar el sistema. – ¿Qué necesito para que me den un crédito? Tengo toda la documentación, pero en Siria. – El banco necesita asegurarse de que tequedas en Alemania el tiempo suficiente para pagarle el crédito. – ¿Y cómo puedo darle esa seguridad albanco? Tiene que haber alguna solución. – Creo que la hay. Yo te avalo. – ¿Me avalas? – Es decir, si tú no pagases,yo asumiría la deuda. – ¿Tú harías eso por mí? – ¡No puede pasar nada malo! – Gracias. – Con gusto. – Veamos, ¿qué motivos para migrar hay? – La gente sale de su paísporque no ven que haya un futuro. – Así es, ¿pero cuálespodrían ser los motivos? – No están contentos con su gobierno. – Motivos políticos.Algunos son incluso perseguidos. Podrían pedir asilo políticoen otros países. Bien, ¿quién puede solicitarlo? – Gente que vive en territorios en conflicto o gente muy pobre. – Sí . Básicamente, toda la gente que temapor su vida, y ansíe un poco de paz en otro país. No obstante, no suele ser tan fácil. ¿Cuáles son los obstáculos? – La burocracia. – Sí. Pero el verdadero problemaes probablemente no hablar el idioma. Y que hay que hacer todos los trámites: la solicitud de asilo, de visa,pedir pasaporte y credenciales. Son solamente algunos ejemplos. Todos tenéis trasfondo migratorio. Y a pesar de todas las dificultades estamosaquí juntos en un curso de alemán. ¿Por qué? – Porque juntos podemosresolver mejor las cosas. – Porque sabemos que todosnecesitamos ayuda en algún momento. – Y es que encontrar un lugardonde sentirse en casa no es fácil. – Pero todos tienen derecho a conseguirlo,¿no? – A ver, queridos.Hoy cocinaremos nuestra primera receta con un nombre loco. Ideas, preguntas, propuestas...¡Aquí estamos! – En esta descripción están la receta y todos los ingrendientes. La preparación viene en el video. – Hoy tenemos "Cielo y tierra", una receta de Westfalia, en el oeste de Alemania. – Primero hay que pelar las patatas, lavarlas y cortarlas en trocitos. – Por cierto: tan antigua y tradicionalno puede ser esta receta, porque la patata es entretanto"típicamente alemana", pero no viene de Alemania. – ¿Cómo ?– Así es. La patata es originaria de Sudamérica, pero entretanto la encontremosen cualquier invernadero y en cualquier supermercado. Una buena noticia para quienquiera preparar "Cielo y tierra". – Hola, disculpen. – Me tocará volver a contarlo todo. – Igual no le interesa a nadie. – Claro que sí, es súper interesante. – Seguro… – Disculpen, no quería molestar. – Ya molestó. ¿Qué… qué hace aquí? – Yo sé que ustedes no me quieren,porque mentí a Inge. Pero permítanme rectificar. Yo quiero a Inge con todo mi corazón. – Pues dígaselo a ella. – No quiere escucharme. – No hemos apagado la cámara. – Mala suerte. – Quizás los escuche a ustedes. Se lo ruego. ¡Ayúdenme! – ¡He ganado el premio juvenilde arquitectura! – Selma, estoy muy orgulloso de ti. Te impusiste al que iba de favorito. He hablado con tu jefe. – ¿Tú has hablado con mi jefe? – Sí, con ese hombre de voz tan grave. Opina que, con este premio,no será ningún problema que te den cupo en la universidad. Vas a poder estudiar aquí, Selma. Y a mí me van a dar un créditoy podré abrir mi propio consultorio. – ¿Te van a dar un crédito? – Sí, Pepe va a ser mi garante. – Vaya, de pronto la familia Gonzálezya no es una vergüenza. – Vamos a quedarnos aquí. Aquí construiremos nuestro futuro, querida. Y va a ser mejor que nunca. – Sí, claro, lo que digáis. – Selma, tengo que decirte algo más. – ¿Max? ¿Me das una copa de champán? – ¡Inge! ¿Hay algo que festejar? – No. Es solo que me he acordadode un encuentro. – Yo también querríauna copa de champán. – ¡Para ti zumo de naranja! – Vale, está bien. Solo que sería bonito poderbrindar con champán. – Oh, Dios mío. – Oh, voy a llorar. – Ay, señor. Yo también. – ¡Inge! Hace muchos… muchos años me fui de casa. No solamente perdí mi trabajo, me perdí a mí mismo. Otto dejó de existir. Solo existía Jacques. Solo mentiras, falsedades. Y entonces llegaste tú, Inge. Jamás podía haber imaginadoque no me haría falta Jacques. Pero ha llegado la hora. Quiero volver a casa. No quiero volver a mentir y no quiero herira nadie más, sobre todo no a ti. No deseo nada más que pasarel resto de mi vida contigo, Inge. Te quiero. ¿Querrías casarte conmigo? – ¿Este champán... – … está pagado? Si. – Te creo, Otto. Y sí, sí quiero ser tu esposa. – ¡Champán! ¡Champán! – ¡Oh! ¡Por el amor!

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