7134 atletas de 121 países fueron a Múnich, Alemania,para las Olimpiadas de 1972 para celebrarla competición atlética y la rivalidad sanaal más alto nivel. La competicióniba como pez en el agua cuando, y no va con segundas, Mark Spitz,el nadador judío-americano, ganó siete medallas de oro en una impresionante muestrade grandeza. Olga Kórbut, conocida comoel "Gorrión de Minsk", fascinó al mundo de la gimnasiacon cuatro medallas y la URSS ganó a EE. UU. 50 a 49 en el que aún se considerauno de los finales más polémicos de un partido de baloncestode la historia de los deportes. Pero, por encima de todo lo demás,las Olimpiadas de Múnich se recuerdan por tenerel terrorismo en el centro de atención ya que 11 olímpicos israelísfueron masacrados por terroristas palestinos. E igual de notoria fuela reacción del gobierno alemán, que algunos consideran unade las metidas de pata más épicas de la historia del terrorismo. Pero luego hablaremos de eso. Estos acontecimientosplantean las preguntas: ¿Cómo pudo pasar?Y ¿funciona el terrorismo? LA HISTORIA DE ISRAELEXPLICADA Las Olimpiadas de Múnich de 1972 debían mostrar la nueva carade Alemania. En las Olimpiadas de 1936celebradas en la Alemania nazi tan solo 36 años antes, Hitler utilizó el eventocomo una máquina de propaganda para demostrar la superioridadde la raza aria. La idea para las Olimpiadasde 1972 era que fueran propagandadel tipo opuesto. Alemania pusoa los eventos venideros el nombre no muy sutil deOlimpiadas de la Paz y la Felicidad, o "Die Heiteren Spiele!!!". Querían mostrar una Alemania lo menos military lo más pacífica posible. Y eso se tradujo enuna deliberada falta de seguridad. Aunque había algunosguardas de seguridad desarmados, no había ni un oficial de policíao soldado uniformado a la vista. La asistencia del equipo israelía este evento solo 27 años despuésdel Holocausto no se puede subestimar. Los atletas israelís, muchos de los cuales perdieronfamiliares en el Holocausto, ondearon la bandera israelísobre suelo alemán a solo 10 kilómetros del campode concentración de Dachau. Israel hizo una gran declaraciónde principios sobre la resiliencia judíay la disposición de Israel de aceptara una Alemania diferente. Pero a las 4:30 de la mañanadel 5 de septiembre de 1972, ocho hombres que iban vestidosde chándal para mezclarse entre los atletasy que llevaban unas bolsas de lona llenas de AK-47s,pistolas y granadas saltaron la vallaque estaba sin vigilancia y se infiltraron en el complejo deapartamentos del equipo de Israel. Dos de los israelíslucharon contra los terroristas, pero fueron asesinados. Los otros nueve atletasfueron tomados como rehenes. ¿Cuáles eran las exigenciasde los terroristas? Que Israel soltaraa 234 prisioneros palestinos. Si no, los rehenespronto serían asesinados. Antes de hablar del intento fallidode rescate de Alemania, echemos un vistazo al contexto. En 1958, Yasir Arafat y sus colegasfundaron Al Fatah, una organización que abogabapor la lucha armada contra Israel. En 1964, establecieron la OLP, u Organizaciónde Liberación de Palestina, con el objetivode destruir Israel totalmente. La OLP y su afiliado, el FPLP, o Frente Popularpara la Liberación de Palestina, iniciaron una campañade terror internacional de secuestro de avionesy bombardeos. En aquel entonces, la sede dela OLP estaba situada en Jordania, donde, en ese momento,dos tercios de la población eran en realidad palestinos. Pero al rey Hussein de Jordaniano le agradaba mucho la OLP y, en un periodo tristementeconocido como Septiembre Negro, Jordania mató a casi 15 000combatientes y civiles palestinos. Los miembros de Al Fatahformaron una célula escindida llamada Septiembre Negrotras esta atroz masacre. Su ataque más conocido fuela masacre durante las Olimpiadas de Múnich, cuyo cerebro de la trama,Abu Daoud, dijo que había sidoaprobada por Yasir Arafat. Ahora volvamos a las Olimpiadas. Tras saber del ataque,Avery Brundage, el entonces presidentedel Comité Olímpico, declaró que los juegosdebían continuar. Y con la típica precisión alemana,su primer evento deportivo del día tuvo lugar a exactamentelas 8:15 de la mañana mientras que dos israelíshabían muerto y nueve israelísestaban secuestrados. Brundage pasó el día presionandoa los oficiales alemanes para sacar a los israelísde la ciudad y seguir con las Olimpiadaspacíficamente. Mientras que los demás atletastomaban el sol y jugaban al ping-pong, una pesadilla internacionalque duró más de 20 horas tenía lugar a solo unas yardas. Finalmente, 10 horas después,a las 3:51, el Comité Olímpicosuspendió los eventos. Miles de personas llenaronlos estadios olímpicos y se reunieron en la colinade césped que daba a los apartamentos junto con los equiposde televisión en vivo. Los espectadoresestaban horrorizados al ver que sangre judía había vuelto a ser derramadasobre suelo alemán. Israelís y judíos de todo el mundose sentían impotentes, incapaces de defendera su pueblo. Golda Meir,la primera ministra israelí, se negó a negociarcon los terroristas. Las autoridades alemanasrechazaron la ayuda del Mosad israelí que,a diferencia de Alemania, contaba con una unidadantiterrorismo especializada. Y, en su lugar, iniciaronunas torpes negociaciones con los terroristas. Y en ese mismo momentoy sin un verdadero plan operativo, la policía alemana escalóel edificio y se preparó para atacara los terroristas. Pero tuvieron un gran descuido, ya que se dieron cuentade que sus acciones estaban siendo emitidasen vivo por televisión ante no solouna audiencia mundial, sino también ante los terroristas. Más tarde, los terroristasrealizaron una nueva demanda para poder volarhasta Egipto con los rehenes. Las autoridades alemanasacordaron llevarlos en helicóptero al aeropuerto, donde su plan era tenderlesuna emboscada. El fallido intento de rescatefue un ejemplo de libro de cómo no trataruna situación con rehenes. Seis policías disfrazadosde tripulación de vuelo fueron introducidos en el avión y había cinco francotiradoresen el perímetro. Pero en el último minuto,la "tripulación de vuelo" votó abandonar su misión sinconsultarlo con el comando central y salieron del avión. Los cinco francotiradores restantes no tenían una formación especialcomo tal, no tenían radiocomunicación ni miras telescópicaso de infrarrojos y si has visto cualquier serieo película en los últimos... no sé, 50 años, sabrás que son bastante crucialespara el trabajo de francotirador. El jefe del Mosad israelí, Zvi Zamir,estaba presente pero le ignoraron. Le parecía que su presencia hacía sentir incómodosa los alemanes. Y el intento de rescate continuó con una falta de experiencia básicay de previsión tecnológica. Los helicópteros aterrizaronen el aeropuerto después de las 22:30, pero cuando los terroristasentraron en el avión vacío y se dieron cuenta de queprobablemente era una trampa, volvieron corriendoa los helicópteros. Los "francotiradores", si se lespuede llamar así, abrieron fuego y se inició un tiroteocon los terroristas, quienes poseían más armas,y, en ese momento, los terroristas tiraron una granadaen uno de los helicópteros y mataron a cuatro de los israelísy a los pilotos y luego mataron de un disparoa los cinco rehenes del otro helicóptero. Al final, murieron 11 israelís junto con un policíay cinco terroristas. En la conferencia de prensa quese realizó a la mañana siguiente, el Comisario de policía de Múnichintentó explicarlo. "Los terroristas erandemasiado listos, demasiado profesionales. Los rehenes estaban condenadosa morir. Hicimos todo lo que pudimos,pero no eran aficionados". No es precisamenteuna buena promoción de la competenciade la policía alemana para el trato con terroristas. Posteriormente, se celebróuna ceremonia en el estadio olímpico pero trató menossobre recordar a las víctimas, que casi no fueron mencionadasen el discurso del presidente, y más sobre, en sus palabras: "demostrar que el idealde las Olimpiadas es más fuerte que el miedoy la violencia". Durante la ceremonia,la bandera olímpica, junto con las banderasde la mayoría de países se ondearon a media astaexcepto las de 10 países árabes que pidieron que sus banderasse mantuvieran a plena asta. Los juegos fueron suspendidosdurante 24 horas y luego siguierontal y como se había planeado, pero el resto de atletas israelísse marcharon de Múnich. El Gobierno alemánpermitió que los cuerpos de los terroristas fallecidosfueran llevados a Libia, donde se les enterrócomo a héroes. A día de hoy, el Comité Olímpicosigue negándose a dedicar un monumentoo un momento de silencio a las víctimasde la masacre de Múnich, ya que dicen que podría enemistar a otros miembrosde la comunidad olímpica. E hicieron falta 45 añosde presiones de Israel para que la ciudad de Múnichcreara un monumento en su Parque Olímpico en 2017. Si creías que esta seriede pifias alemanas acababa aquí, "nicht so schnell",no vayas tan rápido. Tres terroristas sobrevivieronbajo custodia alemana a la espera de un juicio, pero tal y como predijoZvi Zamir, el jefe del Mosad, ocurrió lo impensable. Unos terroristas palestinossecuestraron un Lufthansa 727 y solicitaron que se soltaraa los tres terroristas presos a cambio de los 14 pasajerosdel vuelo. Los alemanes aceptarony enviaron rápidamente a los terroristas para quese reunieran con sus camaradas. 27 años después, en el documentalganador del Oscar "Un día de septiembre", se desveló que Alemaniaconspiró con Al Fatah para planear el secuestro del avión a cambio de que prometieranno realizar más ataques terroristasen suelo alemán. Durante 20 años,el gobierno alemán insistió en que no existían documentosque recogieran sus fallos. Pero en 1992, un archivista alemánentregó una carpeta repleta a la mujerde una de las víctimas israelís. El número de archivosque los alemanes habían escondidoera de más de 4000 y surgieron detalles horribles: que se maltrató a los atletas hastaque se les partieron los huesos, y que una de las víctimas israelís fue castrada frentea sus compañeros de equipo. La masacre de los judíosen Alemania dejó cicatriz en la sociedad israelí. De nuevo, los judíoshabían sido forzados a ver cómo asesinaban a los suyossin poder intervenir. En unos días, Israel desencadenóla Operación Cólera de Dios. ¿El objetivo? Dar caza y asesinara los terroristas involucrados en planear el ataque. En una operación, Ehud Barak,el futuro primer ministro, y Muki Betser,su vice primer ministro, se disfrazaron de una mujer rubiay una morena, entraron a Beirut con su equipo y asesinarona muchos actores clave de la OLP y de Septiembre Negro. Pero en otra misiónen una estación de esquí noruega de Lillehammer, un camarero marroquí inocentefue erróneamente identificado como el jefe de operacionesde Septiembre Negro, Ali Hassan Salameh, conocido como el Príncipe Rojo,y fue asesinado por error. Como resultado, Golda Meirdecidió frenar la operación. Estos acontecimientosplantean muchas preguntas, así que retrocedamos. Las implicaciones éticasde la Operación Cólera de Dios siguen siendo controvertidaspara muchos. Según quienesestuvieron involucrados, el motivo de los asesinatosno era la venganza, sino propagar el miedo por la OLP como método para prevenirfuturos ataques terroristas. Pero ¿los terroristastienen derecho a un proceso legal adecuado? Si los terroristas operan fuerade las normas de la guerra teniendo a civiles como objetivo, entonces ¿seguimos teniendola obligación de tratarlos cumpliendoel principio de legalidad? También debemos hacernosla difícil pregunta de: ¿el terrorismo funciona? En el caso de Múnich, la respuestaparece ser sin duda que sí. Múnich fue un momento clavepara el terrorismo ya que las Olimpiadasproporcionaban una audiencia televisadainternacional. De repente, todo el mundosupo de la causa palestina. Años después, uno de los únicosterroristas supervivientes recordó 1972 con orgullo, diciendo: "Ayudó enormementea la causa palestina. Antes de Múnich, el mundono tenía ni idea de nuestra lucha. Pero ese día, la palabra Palestina se repetíapor todo el mundo". Y es cierto. La difícil situación palestinafue presentada ante el mundo. De hecho, solo dos añosdespués de la masacre, Yasir Arafat,quien respaldó los ataques, fue recibido en la ONU. Parece que está claro que,hasta ahora, el terrorismo es efectivo. Pero la pregunta es: ¿Cómo debemos respondercomo sociedad?