Traductor: Ciro GomezRevisor: Lidia Cámara de la Fuente Dominar cualquier habilidad física, ya sea realizar una pirueta, tocar un instrumento, o lanzar una pelota de béisbol, requiere práctica. La práctica es la repetición de una acción con el objetivo de mejora, y ayuda a ejecutar con mayor facilidad, rapidez y confianza. ¿Qué hace la práctica en nuestro cerebro para hacernos mejores en las cosas? Nuestro cerebro tiene dos tipos de tejido neural: materia gris y materia blanca. La materia gris procesa la información en el cerebro, dirige las señales y estímulos sensoriales a las células nerviosas, mientras que la materia blanca se compone sobre todo de las fibras nerviosas y tejido graso. Para que nuestros cuerpos se muevan, la información tiene que viajar de la materia gris del cerebro, abajo a la médula espinal, a través de una cadena de fibras nerviosas llamadas axones a nuestros músculos. ¿Cómo la práctica o la repetición afectan el funcionamiento interno de nuestro cerebro? Los axones que existen en la sustancia blanca se envuelven con una sustancia grasa llamada mielina. Y es esta cubierta de mielina, o vaina, la que parece cambiar con la práctica. La mielina es similar al aislamiento de los cables eléctricos. Evita la pérdida de energía de las señales eléctricas que utiliza el cerebro, moviéndolas de manera más eficiente a lo largo de las vías nerviosas. Estudios recientes en ratones sugieren que la repetición de un movimiento físico aumenta las capas de la vaina de mielina que aísla los axones. Y a más capas, mayor es el aislamiento alrededor de las cadenas de los axones, formando una especie de autopista para la información que conecta el cerebro a los músculos. Mientras que muchos atletas y artistas atribuyen sus éxitos a la memoria muscular, los músculos mismos en realidad no tienen memoria. Más bien, puede ser la mielinización de las vías neurales la que da a estos atletas y artistas de su ventaja con vías neurales más rápidas y eficientes. Hay muchas teorías que intentan cuantificar el número de horas, días e incluso años de práctica que se necesitan para dominar una habilidad. A pesar de que todavía no tenemos un número mágico, sabemos que el dominio no se trata solo de la cantidad de horas de práctica. Es también la calidad y eficacia de esa práctica. La práctica efectiva es consistente, intensamente centrada y metas contenidas o debilidades que se sitúan en el borde de las habilidades actuales de uno. Si la práctica efectiva es la clave, ¿cómo podemos obtener el máximo provecho de nuestro tiempo de práctica? Prueba estos consejos. Centrarte en la tarea en cuestión. Minimiza las distracciones potenciales apagando la computadora o la televisión y pon tu teléfono celular en modo avión. En un estudio, los investigadores observaron 260 alumnos estudiando. De media, los estudiantes solo fueron capaces de permanecer en la tarea 6 minutos seguidos. Computadoras portátiles, teléfonos, y en particular Facebook fueron la raíz de la mayoría de las distracciones. Comience lentamente o en cámara lenta. La coordinación se construye con repeticiones, ya sean correctas o incorrectas. Si aumentas gradualmente la velocidad de repeticiones de calidad, tendrás una mejor oportunidad de hacerlo correctamente. Seguir con repeticiones frecuentes con paradas programadas son hábitos comunes de práctica de los atletas de élite. Los estudios han mostrado que muchos delos mejores atletas, músicos y bailarines pasan 50 a 60 horas por semana en las actividades relacionadas con su oficio. Muchos dividen su tiempo de práctica efectiva en múltiples sesiones de prácticas diarias de duración limitada. Y, por último, práctica en tu cerebro con gran detalle. Es un poco sorprendente, pero una serie de estudios sugieren que una vez que se ha establecido un movimiento físico, que puede ser reforzado con solo imaginarlo. En un estudio, 144 jugadores de baloncesto se dividieron en dos grupos. Un grupo A practicó físicamente tiros libres con una sola mano mientras que el Grupo B solo los practicó mentalmente. Cuando se midieron al final de dos semanas de experimento los jugadores intermedios y experimentados en los dos grupos habían mejorado en casi la misma cantidad. A medida que los científicos desentrañan los secretos de nuestro cerebro, nuestra comprensión de la práctica efectiva solo mejorará. Mientras tanto, la práctica efectiva es la mejor manera que tenemos de empujar nuestros límites individuales, lograr nuevas alturas, y maximizar nuestro potencial.