Traductor: Mónica Martín PalmasRevisor: Penny Martínez Hace algunos años, empecé a darme cuenta de algoen mi propia conducta que me incomodaba un poco. Lo que ocurría desde que me levantabahasta el final del día, era que mi vidaera una sucesión de pantallas. Empezaba el día con la cosa que me despertabapor las mañanas, mi móvil, y me sentaba en la cama viendovídeos de cocina en Instagram y saltando de una aplicación a otra. Pero entonces llegaba el momentode salir de la cama y desayunar, y aquello en lo que me concentraba, además de la tortilla en la sartén, era el iPad que estabajusto al lado del horno. Y entonces era hora de trabajar un poco, así que iba a una pantalla diferente que estaba unida a otra pantalla. Y mientras tanto, este pequeño demonio en mi muñeca vibraba, pitaba, sonaba y me distraía mientras intentabahacer cosas importantes. Pero había uno particularmente criminalde entre todos estos aparatos, con el que perdía más tiempoque con cualquier otro. Era este infame aparato: mi móvil. Podía pasarme horas con él todos los días. Así que básicamentedecidí a todos los efectos, librarme de él durante un mes. Como experimento, pensé: "Voy a usarlo solo 30 minutos cada día como máximo". Así que ese era el tiempoque tenía para los mapas, el tiempo disponiblepara llamar a mi madre, el tiempo que tenía para todo aquello que quisiera hacer: escuchar música, podcasts, y observé qué pasaba en esos momentos. Me llevó una semana adaptarme a un nuevonivel de estimulación más bajo, pero cuando lo logré, me di cuenta de que empezarona ocurrir tres cosas muy curiosas. Para empezar, mi capacidadde atención se incrementó. Era como si me pudieraconcentrar en las cosas, no sin esfuerzo, pero con mucha más facilidadque antes de empezar el experimento. Además, mientras seguía con mi vida y especialmente cuandomi mente divagaba un poco, se me ocurrían más ideas, y además de eso, ideaba más planes y pensamientossobre el futuro. Deshacerme de un pequeño aparatotuvo estas tres consecuencias. ¿Por qué? Darme cuenta de esto hace unos añosme llevó a este largo viaje de averiguar qué se necesita paraconcentrarse en un mundo de distracciones. Leí de cabo a rabo cientosde estudios en mi oficina. No sé si han visto alguna vezuno de esos programas de crímenes donde resuelven un asesinato. Suelen tener una pizarra blanca y una cuerda con papeles unidos unidos a notas adhesivas,a recortes de periódico, pues así era como se veía mi oficina. Me reuní con expertos de todo el mundoque estudian la concentración y experimenté más conmigo mismo, hasta el punto de tener más de 25 000palabras en apuntes de investigación sobre por qué ocurre esto. ¿Cómo influye la tecnología en nuestraatención y capacidad de concentración? Me gustaría empezar con nuestra capacidad de concentración. Así es como prestamos atenciónal mundo que nos rodea y cuánto control tenemossobre nuestra concentración. Las investigaciones sobre este temason fascinantes. Resulta que cuando trabajamosfrente a un ordenador, sobre todo, con el móvil cerca, nos centramos en algodurante solo 40 segundos antes de cambiar a otra cosa, y cuando tenemos abiertos programascomo Slack mientras trabajamos esto se reduce a 35 segundos. Pero el motivo no es el que uno puede creer, tras analizar los estudios. Creemos que el problemaes que nuestros cerebros se distraen. Pero tras analizar los estudios, lo he considerado solo un síntomade un problema más grave, que profundiza todavía más,y es la raíz de esta distracción. No es que nos distraigamos,es la sobreestimulación del cerebro. Es que ansiamos distraernosdesde el principio. Nuestros cerebros aman esos bocaditos de información, redes sociales y correos y todo eso que hacemos a lo largo del día. Existe incluso un mecanismo en la mentellamado "sesgo de novedad", por el que la mente nos recompensacon un chute de dopamina, uno de los poderosos químicos del placer, el mismo que obtenemos al pediry comer una pizza mediana de Domino's, ya saben, el mismo que sentimoscuando hacemos el amor. Conseguimos ese mismo estímulocuando entramos a Facebook. Sentimos esa dopaminarecorriendo nuestra mente. Y no solo ansiamos distracción, sino que la mente nos recompensa por buscar y encontrardistracción desde el principio. Este es el estado de nuestras mentes hoy. Vivimos en estado de hiperestimulación y vamos saltando de un objeto de atención a otro que resultan muy estimulantespara nuestra mente. Y pensé: "Bueno, si el móvil afectatanto a mi capacidad de concentración, ¿qué pasará si de nuevo rebajo másel nivel de estimulación?". Ya conocen esa sensaciónque experimentamos cuando pasamos de estar en un estadode estimulación elevada a uno de baja estimulación, tiene un nombre. Se llama "aburrimiento". (Risas) Ya saben, la inquietud que sentimoscuando tenemos una semana superocupada y luego nos tumbamos en el sofála mañana del domingo, pensando: "Bueno, bien, ¿y ahora qué?". Publiqué un anuncio para los lectoresde mi web y les pregunté: "¿Qué es lo más aburridoque se les ocurre que podrían hacer? Voy a aburrirme una horaal día durante un mes. Hice algunas cosas por las que sigoenfadado con mis lectores hoy en día. El primer día, leí los términosy condiciones de iTunes durante una hora. (Risas) De hecho, son más cortosy comprensibles de lo que parece. El cuarto día estuve en espera telefónicacon equipajes perdidos de Air Canada. Es muy fácil. Aquí está el truco: si quieren aburrirse, no llamen al departamento de reservas,llamen al de equipajes perdidos, porque esperarán durante horas,eso si consiguen comunicarse con ellos. Decimonoveno día:conté todos los ceros que pude de las 10 000 primeras cifras de pi. Uff. El vigesimocuarto día, miré un reloj tic, tac, durante una hora. Y otras 27 actividades este mes. Madre mía. Todavía me acuerdo. Pero curiosamente, noté exactamente los mismos efectosque durante el experimento del móvil. Necesité una semana para quemi mente se ajustase a la baja a un nuevo nivel de menor estimulación, y esto curiosamentedemuestra según los estudios que nuestra mente necesita unos ocho días para calmarse del todo y descansar, como cuando estamosde vacaciones, por ejemplo. Nuestras vacaciones deberían sermás largas de lo que son hoy día. Pero también noté que aumentabami capacidad de concentración. Era capaz de concentrarmeincluso con más facilidad porque no es que me rodearanmenos distracciones, sino que mi mente estabamucho menos estimulada y no buscaba distraersedesde un principio. Pero lo divertido fueron esas ideasy planes que no se me habían ocurrido hasta entonces, y el motivo por el que pasó es que mi mente tuvo la oportunidadde vagar más a menudo. Hay una gran cita que me encantacon la que quizá estén familiarizados de J. R. R. Tolkien, en la que afirma que:"No todos los que vagan están perdidos", y exactamente lo mismo resultaaplicable a nuestra concentración, a nuestra atención. Si piensan en el momento en quese les ocurren las ideas más brillantes, raramente estaban concentrados en algo. Quizá esta mañana estaban en la ducha o quizá alguna mañana en el pasado y su mente tuvo la oportunidad de conectardiversas constelaciones de ideas que revoloteaban por su mente para crear una idea que de otro modono se habría materializado si hubieran estadoconcentrados en otra cosa, en su móvil, por ejemplo. Es una manera, especialmente cuando lo hacemos aposta,cuando dejamos que nuestra mente divague: lo llamo "concentración difusa". Y los estudios demuestran que permite que nuestra mentegenere ideas y se le ocurran planes gracias a hacia dóndedivaga nuestra mente. Es fascinante. Resulta que cuando simplementerelajamos nuestra atención, esta va a tres sitios principales: pensamos sobre el pasado,sobre el presente y sobre el futuro. Pero pensamos sobre el pasadomenos de lo que creemos, solo un 12 % del tiempo y con frecuencia recordando ideasde esos episodios de mente divagante. Pero en el presente, un lugarmucho más productivo para divagar, solemos divagar un 28 % del tiempo. Como ya sabrán, esto es algo tan simplecomo estar escribiendo un correo y no encontrar la manera de expresar algo porque es muy delicado, quizá político, y van a otra habitación,ya sea de su casa o de la oficina, y dan con la solución porque su mente ha tenidola oportunidad de abordar y tratar el problemadesde diferentes perspectivas. Pero aquí está la clave: nuestras mentes divaganpara pensar en el futuro más que en el pasado y el presente juntos. Cuando nuestra mente divaga, pensamosen el futuro un 48 % del tiempo. Por este motivo, cuando nos duchamosplaneamos nuestro día entero incluso cuando ni siquiera ha empezado. Esto se conoce comoel sesgo prospectivo de nuestra mente y ocurre cuando la mente divaga. Si son buenos en cálculo, o en matemáticas, debería decir, ya no estoy en Canadá, esas cifras no suman 100. Y eso es porque el resto del tiemposu mente está aburrida, en blanco, o no contiene una ideaanclada en el tiempo. Pero lo que sea que hagaque sus mentes divaguen algo que sea simple, algo que no requiera su plena atención. En mi caso es algo que no es necesariamentetípico de mi edad, género u origen, pero me encanta tejer. Tejer es una de mis aficiones favoritas, tejo en aviones, trenesy habitaciones de hotel. Estuve tejiendo en la habitaciónde mi hotel antes de este evento porque me ayuda a relajarme,a calmar los nervios. Se me ocurren muchas ideas mientras tejoy por eso tengo un bloc de notas cerca. Lo que les funcione a Uds., ya sea tomar una ducha extralarga,darse un baño, cambiar la ducha por un baño, para que no solo pongan en remojosu cuerpo, sino también sus ideas. Puede ser muy simple: como si andan en el trabajode una sala a otra de la oficina, un cambio muy simple, pero si no usan el móvil mientras andan su mente irá hacia esa reunióna la que van a asistir, hacia esa llamada que acaban de hacer, hacia las ideas que circulan y así les hará ser mucho más creativos. Puede ser algo tan simplecomo esperar en la cola y simplemente, no sé, esperar el turno. Puede ser recibir un mensaje. Ya saben, lo que seaque permita a su mente, me encanta esta imagen, (Risas) lo que les guste hacer. Un truco de experto: pidan a su masajista que les dejetener un bloc de notas en la sesión porque las ideas siempre vieneny siempre estamos incubando cosas, así que captúrenlas para poder hacer algo con ellas más tarde. Tras haber analizado en profundidadtodos estos estudios, creo que debemos hacerdos cambios fundamentales en relación con cómo pensamossobre nuestra atención. Pensamos que necesitamosincorporar más cosas, ya saben, toda esta ideasobre las "multitareas". Yo soy anti multitarea. Soy una de las personasmás perezosas que conocerán, y creo que eso es lo que me proporcionatantas ideas para hablar y escribir. No necesitamos meter más. Ya hacemos lo suficiente, demasiado, hacemos tanto quenuestra mente ya no divaga. Es una pena. Es entonces cuando se nos ocurrenlas mejores ideas y planes. Necesitamos más espacio. Si observan lo que permiteque el tráfico fluya por la autopista, lo que permite avanzar hacia adelanteno es la velocidad de los autos, como podrían pensar, sino cuánto espacio queda entre los autos lo que permite que el tráfico avance. Nuestro trabajo y nuestra vidafuncionan igual. El segundo cambio: nos gusta pensar que la distracciónes enemiga de la concentración. No es cierto. Es un síntoma de por quénos resulta difícil concentrarnos, que es el hecho de quenuestra mente está sobreestimulada. Tengo un reto para Uds. Es un reto de dos semanas, un reto para mantenerla mente un poco menos estimulada y simplemente notar: ¿qué ocurre con su atención? ¿Cuántas ideas se les ocurren? ¿Cómo cambia su atención? ¿Cuántos planes hacen? Durante dos semanas,estimulen menos su mente. Hay muchas aplicaciones fantásticasen los móviles y dispositivos que nos permiten eliminar mucho tiempoque malgastamos con estos dispositivos. Usen esas opciones no solo para ser más conscientesde cómo emplean su tiempo, sino de cómo pueden utilizarlo menospara tener más ideas. Realicen un ritualde desconexión cada tarde. Uno de mis rituales favoritos es desconectarme completamente de Internet de las 8 p. m. a las 8 a. m. Mi prometida y yo tenemos un ritualde desconexión semanal, un día de reposo tecnológico los domingos para poder desconectar del mundo digital y volver a conectar con el mundo físico,el real, el verdadero. Redescubran el aburrimiento,no es necesario que sea una hora. Por favor, no llamen a Air Canada,es un verdadero infierno. Pero redescubran el aburrimientoaunque solo sea unos minutos. Túmbense en el sofá,¿hacia dónde divaga su mente? Dispersen su atención. Encontrarán cosas notablemente fructíferas en esa zona de atención. Si hay algo que hedescubierto que es cierto tras haber explorado en profundidadel mundo de cómo nos concentramos, es que el estado de nuestra atencióndetermina el estado de nuestras vidas. Si nos distraemos a cada momento, esos momentos de distraccióny sobreestimulación se suman y acumulan para crear una vida que parecemás distraída y abrumadora, como si no tuviéramos una dirección clara. Pero cuando estamos menos estimulados,cuando calmamos más a la mente, nos beneficiamos de mayor productividad,atención, ideas y creatividad, Pero también vivimosuna vida mejor gracias a eso. Muchas gracias. (Aplausos)