Traductor: Paula MotterRevisor: Sebastian Betti En algún momento de la vida, casi todos pasaremospor una ruptura amorosa. Mi paciente Kathy planeó su bodaestando en la escuela secundaria. Conocería a su futuro esposoa los 27 años, se comprometería un año después y se casaría al año siguiente. Pero cuando Kathy cumplió 27,no encontró un marido, sino un bulto en uno de sus pechos. Se sometió a meses decrueles sesiones de quimioterapia y a dolorosas cirugías, pero, justo cuando ya estaba lista paravolver a buscar pareja, encontró un bulto en la otra mama y tuvo que pasarpor lo mismo, otra vez. Pero se recuperó, y estaba ansiosa por retomarla búsqueda de un marido en cuanto le volvieran a crecer las cejas. Cuando las personas tienen su primera cita en Nueva York, es importante que puedan expresaruna amplia variedad de emociones. (Risas) Al poco tiempo, conoció a Rich y se enamoró. La relación colmó todas sus expectativas. Seis meses después, luego de un maravilloso fin de semana en Nueva Inglaterra, Rich hizo una reserva en un restauranteromántico, el favorito de ambos. Kathy sabía que él le propondría matrimonio, y no podía contenerse de la emoción. Pero Rich no le propusomatrimonio esa noche. Decidió terminar la relación. Si bien Rich le tenía gran afecto—lo cual era innegable— simplemente no estaba enamorado. Kathy quedó devastada. Tenía el corazón destrozado, y ahoradebía enfrentar otra recuperación. Pero cinco meses después de la ruptura, Kathy no podía dejar de pensar en él. Su corazón seguía totalmente destrozado. La pregunta es: ¿por qué? ¿Por qué esta mujer tan increíblemente fuerte y decidida no tenía la capacidad de usar los mismos recursos emocionales que la llevaron a enfrentar cuatro añosde tratamientos para el cáncer? ¿Por qué será que nos desorientamos cuando intentamos recuperarnosde una decepción amorosa? ¿Por qué será que los mismosmecanismos de defensa que nos permiten enfrentartodo tipo de desafíos en la vida fracasan tan rotundamente cuandoatravesamos una ruptura amorosa? En más de 20 años de práctica a nivel privado, he visto gente de todas las edadesy extracciones sociales enfrentar el desamor de diversas maneras, y aprendí lo siguiente: cuando atravesamosuna ruptura sentimental, los mismos instintos en los que siempre confiamos son los que nos llevarán por el caminoequivocado una y otra vez. Simplemente, no podemos confiaren lo que la mente nos dice. Por ejemplo, estudios realizadoscon personas que han sufrido una decepción amorosa dicen que, para poder salir adelante, es fundamental comprender claramentepor qué ha terminado la relación. Sin embargo, una y otra vez, cuando se nos dauna explicación simple y honesta como la que Rich le dio a Kathy, la rechazamos. Una ruptura amorosa produceun dolor emocional tan dramático, que nuestra mente interpretaque la causa debe de ser igualmente dramática. Y ese instinto visceral es tan poderoso, que puede llevar a las personasmás razonables y mesuradas a elucubrar misteriosy teorías conspirativas donde no las hay. Kathy estaba convencida de que algodebió haber ocurrido durante esa escapada romántica con Rich que le hizo a él dudar sobre la relación, y ella se obsesionó tratandode averiguar qué había pasado. Y así Kathy pasaba horas interminables repasando mentalmente cada minutode aquel fin de semana, buscando en su memoria alguna clave... que no existía. La mente de Kathy la engañaba, lanzándola a una búsqueda infructuosa. Pero ¿qué la impulsaba a esa búsquedadurante tantos meses? La decepción amorosa es mucho másinsidiosa de lo que creemos. Existe una razón por la cual nos empecinamos en cometer un error tras otro, aun sabiendo que nossentiremos peor. Estudios realizados con el cerebro muestran que la pérdidadel amor romántico activa en el cerebro los mismosmecanismos que los de un adicto al que se le retira sustanciascomo la cocaína o los opiáceos. Kathy estaba atravesandoun período de abstinencia. Y como no podía recurrir a la heroínade estar realmente con Rich, su inconsciente eligió la metadonade los recuerdos vividos con él. Su instinto le decía que estaba tratandode resolver un misterio, pero en realidad se estaba aplicando una dosis. Es por esto que superar una ruptura amorosa es tan difícil. Los adictos saben que son adictos. Saben cuándo se están inyectando. Pero las personas que atraviesanuna decepción amorosa, no. Pero ahora lo sabemos. Y si tenemos el corazón roto,no lo podemos ignorar. Debemos reconocer que, por imperiosa que sea la necesidad, con cada viaje hacia el recuerdo,con cada texto enviado, con cada segundo invertidoen espiar al ex en redes sociales, estaremos alimentando la adicción, profundizando el dolor emocional y complicando la recuperación. Superar una ruptura sentimentalno es un viaje. Es una lucha, y nuestras razonesson las mejores armas. No existe explicación de la rupturaque nos conforme. No hay lógica alguna que puedasuprimir el dolor que sentimos. Por eso, no busquemosuna explicación, no esperemos una, simplemente aceptemos la quenos dan o fabriquemos otra y dejemos las preguntas de lado, porque necesitamos ese cierrepara resistir a la adicción. Y es necesaria otra cosa también: debemos estar dispuestos a soltar, a aceptar que se acabó. De lo contrario, alimentaremosnuestra mente de esperanzas y haremos un retroceso. La esperanza puede ser increíblemente destructiva cuando atravesamos una ruptura amorosa. La decepción amorosa esuna experta manipuladora. La facilidad con la que manejanuestra mente para hacer exactamente lo opuestoa lo que necesitamos para recuperarnos es asombrosa. Una de las tendencias más comunesen una ruptura amorosa es idealizar a la persona que la ocasionó. Nos pasamos horas recordando su sonrisa, lo bien que nos sentimos a su lado, la vez que subimos a una montañae hicimos el amor bajo las estrellas. Lo único que logramos así es profundizar el dolor de la pérdida. Y lo sabemos. Pero, aun así, le permitimos a la mentepasar de un éxito a otro, como si fuéramos rehenes de nuestra propia lista de reproducciónpasivo-agresiva de Spotify. (Risas) Una ruptura amorosa nos llevarápor esos pensamientos. Para evitar la idealización,debemos lograr un equilibrio recordando su ceño fruncido,—no solo su sonrisa— lo mal que nos hizo sentir, el hecho de que nos perdimos en la montaña después de hacer el amor, discutimos acaloradamente yno nos hablamos por dos días. Lo que aconsejo a mis pacienteses que hagan una lista detallada de todas las veces que esa personase portó mal con nosotros, de todas sus cualidades negativas,de todas sus manías, y que la guardemos en el teléfono. (Risas) Y una vez confeccionada esa lista, deben usarla. En cuanto asoma el mínimomotivo para idealizar a la otra persona, o ante el menor atisbo de nostalgiadurante una sesión, les digo: "El teléfono, por favor". (Risas) Nuestra mente nos diráque la otra persona era perfecta. Pero no es cierto, y tampocolo era la relación. Y si queremos superarla,debemos recordarlo con frecuencia. Ninguno de nosotros esinmune a una ruptura amorosa. Mi paciente Miguel, de 56 años, era un ejecutivo de alto rango en una empresa de programación. Cinco años despuésde la muerte de su esposa, sintió que estaba preparadopara otra relación. Pronto conoció a Sharon, y comenzaron un romance relámpago. Al cabo de un mes, se presentaronante los hijos adultos de cada uno, y, a los dos meses,decidieron vivir juntos. Cuando la gente grande iniciauna relación, no pierde el tiempo. Es como si "Realmente amor"se encontrara con "Rápido y furioso". (Risas) Miguel sintió una felicidadque no sentía hacía años. Pero la noche previaal primer aniversario, Sharon lo abandonó. Decidió mudarse a la costa oestepara estar más cerca de sus hijos, y no quería una relacióna la distancia. Miguel se vio totalmente tomadopor sorpresa, profundamente devastado. No pudo funcionar en el trabajodurante varios meses, y estuvo a punto de perderlopor ese motivo. Otra consecuencia de la ruptura amorosaes que la soledad y el dolor pueden afectar significativamentenuestro funcionamiento intelectual, especialmente en tareas complejasde lógica y razonamiento. Temporariamente, se reduce el coeficiente intelectual. Pero no era solamentela intensidad del dolor lo que confundía a los jefes de Miguel, sino la duración. También Miguel estaba confundido por eso y hasta avergonzado. "¿Qué me está pasando?", me preguntaba durante la sesión. "¿Qué adulto se pasa casi un año tratando de superar una relación de un año?" De hecho, a muchos adultos les sucede. Las rupturas amorosas comparten los síntomas típicos de la pérdida y la pena: insomnio, pensamientos invasivos, disfunción del sistema inmunológico. El 40 % de las personas padeceuna depresión de manifestación clínica. La ruptura amorosa esun daño psicológico complejo que nos afecta de múltiples maneras. Sharon, por ejemplo,era muy sociable y muy activa. Todas las semanas organizabacenas en su casa. Ella y Miguel iban de campamento con otras parejas. Y aunque no era religioso, él la acompañaba todoslos domingos a la iglesia, donde la congregación lo recibía gustosamente. Miguel perdió no solo a su pareja; perdió toda su vida social, la comunidad tan acogedora de la iglesia de Sharon. Perdió su identidad como pareja. Ahora bien, Miguel reconocía que la ruptura dejó este inmenso vacío en su vida, pero lo que no logró reconocer es que dejó mucho más que un solo vacío. Y esto es fundamental, no solo porque explica el porquéuna ruptura amorosa puede ser tan devastadora, sino porque nos dice cómo superarla. Para superar una decepción sentimental, es necesario identificar estos vacíosen la vida y llenarlos, pero llenarlos a todos. Los vacíos de identidad; es necesario redefinir quiénes somosy qué queremos de nuestra vida. Los vacíos en la vida social; las actividades perdidas, inclusolos espacios vacíos en la pared donde estaban las fotografías. Pero nada de esto servirá si no evitamos los erroresque pueden llevarnos al punto de partida, la búsqueda innecesaria de explicaciones, la idealización del ex,en lugar de recordar sus errores, la evocación de pensamientos y conductas que aun colocan al otroen un rol protagónico en este próximo capítulo de la vida, cuando no debería haber un solo extra. Superar una ruptura amorosa es difícil, pero si no nos dejamosengañar por la mente y tomamos medidas para sanar, podremos minimizar el sufrimientosignificativamente. Y no seremos los únicos en beneficiarnos. Compartiremos más tiempo con amigos, estaremos más relacionados con la familia, sin mencionar los miles de millonesde dólares que ahorraríamos en el ámbito laboral porquela productividad se vio comprometida. En definitiva, si conocen a alguienque esté atravesando una ruptura ténganle compasión, porque el apoyo social es fundamentalpara la recuperación. Y tengan paciencia, porque procesarlo le llevará más tiempo de lo que pensamos. Y si duele, recuerden esto: es difícil, es una batalladentro de la propia mente, y hay que tener la voluntad de ganar. Pero tienen armas. Pueden luchar. Y podrán recuperarse. Gracias. (Aplausos)