Traductor: Denise RQRevisor: Sebastian Betti ¿Has hablado alguna vez con un amigo sobre un problema solo para darte cuenta de quesimplemente no parece comprender por qué eso es tan importante para ti? ¿Has propuesto alguna vezuna idea delante de un grupo y fue recibida con desconcierto? ¿O quizás involucrado en una discusión en la que la otra personade repente te acusa de no escuchar en absoluto lo que dice? ¿Qué está pasando aquí? La respuesta es la falta de comunicación y de una manera u otra,todos hemos pasado por esto. Puede llevar a confusión,animosidad, malentendidos, incluso estrellar una sonda de milesde dólares en la superficie marciana. La verdad es que inclusoen una conversación cara a cara en un mismo lugar,y en el mismo idioma, la comunicación humanase vuelve increíblemente compleja. Pero la buena noticia es que una comprensión básica de lo quesucede cuando nos comunicamos puede evitar una comunicación deficiente. Durante décadas, los investigadoresse han preguntado qué ocurre cuando nos comunicamos. La teoría del modelo de transmisión concibe la comunicación como un mensaje dirigido de una personadirectamente a otra, parecido a alguien que lanza una pelota y se aleja. Pero, en realidad, este modelo simplista no cuenta conla complejidad de la comunicación. Aquí es donde el modelo transaccional reconoció los muchos retosque presenta la comunicación, modelo mediante el cual la intercomunicación se perfila más bien como un juegodonde la pelota se pasa de uno a otro porque mientras transmitimos el mensaje,recibimos una respuesta del participante. Durante esta interaccióncreamos juntos los significados. Pero durante este intercambiosurgen problemas adicionales. No es como en Star Trek donde se pueden comunicar telepáticamente y así compartirlos pensamientos y sentimientos. Los humanos enviamos y recibimos mensajes que por naturaleza son subjetivos. Cuando nos comunicamos,interpretamos el mensaje de una manera diferente a la persona con quien nos estamos comunicando, que a la vez tiene su propiainterpretación del mensaje. Nuestros filtros subjetivoscambian constantemente los significados y las interpretaciones. ¿Recuerdas el juego de pelota? Imagínalo con una pelota de arcilla. Cada vez que un jugador la toca, cambia de forma, ajustándosea cada percepción individual y en función de cualquiernúmero de variables, como la comprensión, la experienciaprevia, la edad, la raza, el género, la raza, la religión o la herencia familiar. Al mismo tiempo, cada unointerpreta el mensaje recibido en base a las relaciones que mantiene con los demás y en base a su comprensión personal del significado y las connotacionesde las palabras que se usan. Otros factores pueden tambiéndistorsionar la comunicación por ejemplo el tráficoo un estómago vacío. Hasta las emociones puedennublar la comprensión, y cuanto más personasparticipan en la conversación --cada uno con sus propia subjetividad-- más aumenta de forma exponencialla complejidad de la comunicación. Así que mientras que la pelotade arcilla pasa de mano a mano, transformada, remodeladay en constante cambio, no es de extrañar que a vecesse producen fallas en la comunicación. Pero por suerte, algunas reglas simples pueden ayudarnos a interactuary comunicarnos mejor cada día. Primera regla: reconocer la diferenciaentre la escucha pasiva y activa. Reacciona activamente a las respuestasverbales y no verbales de los demás y ajusta tus mensajes para quefaciliten una mejor comprensión. La segunda: escucha con los ojos, los oídosy también con tu instinto. Recuerda que la comunicaciónes más que solo palabras. La tercera: tómate tiempo para entendermientras los otros intentan comprenderte. En la carrera por expresarnos es fácil olvidar que la comunicaciónes un canal de doble sentido. Mantente receptivoa lo que el otro puede decir. Y finalmente, la cuarta: sé consciente de tu propia subjetividad. Factores como la experiencia, la cultura, la comunidad y la familia influyen en la manera de ver el mundo. Di: "Yo veo el asunto de esa manera,¿pero tú como lo ves?" No supongas que tu percepciónes la verdad objetiva. Esto ayudará a mantenerun diálogo con el otro y llegar juntos a un entendimiento común.