Traductor: Florencia BracamonteRevisor: Sonia Escudero Sánchez Etanol: esta molécula, constituidapor unos pocos átomos de carbono, es la responsable de la embriaguez. A menudo denominado simplemente alcohol, el etanol es el ingrediente activode las bebidas alcohólicas. Su simpleza lo ayudaa escabullirse en las membranas y anidar en muchos rincones diferentes, produciendo más efectosque otras moléculas menos sofisticadas. ¿Cómo se causa la embriaguez exactamente y por qué produce efectostan diferentes en personas distintas? Para contestar estas preguntas tendremos que seguir al alcoholen su recorrido por el organismo. El alcohol llega hasta el estómagoy allí es absorbido por la sangre a través del tubo digestivo,especialmente el intestino delgado. El contenido del estómagoafecta la capacidad del alcohol de entrar en la sangre porque,después de comer, el esfínter pilórico, que separa el estómagodel intestino delgado, se cierra. Así que el nivel de alcoholque ingresa a la sangre después de comer será apenas un cuarto delo que ingresaría con el estómago vacío. De la sangre, el alcoholse traslada a los órganos, especialmente a aquellosque reciben mayor flujo sanguíneo: el hígado y el cerebro. Llega primero al hígado, y las enzimas de este órgano descomponenla molécula del alcohol en dos pasos. Primero, una enzima llamada ADH transforma el alcoholen acetaldehído, que es tóxico. Luego, una enzima llamada ALDH convierte el acetaldehído tóxicoen acetato no tóxico. A medida que la sangre circula, el hígadoelimina continuamente el alcohol, pero esta primera eliminacióndetermina cuánto alcohol llega al cerebro y a otros órganos. La sensibilidad del cerebro es responsable de los efectos emocionales,cognitivos y de comportamiento del alcohol, que se conocen como embriaguez. El alcohol activa el principal frenodel cerebro, el neurotransmisor GABA, y desactiva su principal gas,el neurotransmisor glutamato. Esto hace a las neuronasmucho menos comunicativas y, en dosis moderadas,las personas se sienten relajadas; con dosis más altas, se duermen; y en dosis tóxicas puede interrumpir la actividad cerebralnecesaria para sobrevivir. El alcohol también estimulaa un pequeño grupo de neuronas que se extienden del mesencéfaloal núcleo accumbens, una región importante para la motivación. Como todas las drogas adictivas, produce un aumento de dopaminaen el núcleo accumbens, lo que causa en las personasuna sensación de placer. El alcohol también hace quealgunas neuronas se sinteticen y liberen endorfinas. Las endorfinas nos ayudan a calmarnosen momentos de estrés o peligro. Los niveles altos de endorfinacontribuyen a la euforia y a la relajación que se asocia con el consumo de alcohol. Finalmente, a medida que la descomposicióndel alcohol en el hígado es mayor que su absorciónen el cerebro, la embriaguez pasa. Las diferencias individualesen cualquier punto de este recorrido pueden ocasionar que las personasactúen más o menos ebrias. P. ej., un hombre y una mujer quepesan lo mismo y beben la misma cantidad durante una cena idéntica tendrán diferentes concentracionesde alcohol en sangre, o BAC. Esto se debe a quelas mujeres tienen menos sangre; en promedio, tienenmayor porcentaje de grasa, lo que requiere menos sangre que músculo. Un volumen menor de sangre por la cualcircula la misma cantidad de alcohol significa que la concentraciónserá más alta en las mujeres. Las diferencias genéticas en las enzimasdel hígado que procesan el alcohol también influyen en la concentración. Beber con regularidad puede aumentarla producción de estas enzimas, lo cual ocasiona tolerancia. Por otro lado, quienes bebenen exceso por mucho tiempo pueden desarrollar daño hepático,que tiene el efecto opuesto. Por su parte, las diferenciasgenéticas en la transmisión de dopamina, GABA y endorfinas puede aumentar el riesgo de desarrollartrastorno por consumo de alcohol. Quienes naturalmente tienen niveles bajosde dopamina y endorfinas suelen automedicarse con la bebida. Hay quienes tienen mayoresprobabilidades de beber en exceso debido a una mayoractividad de las endorfinas que aumenta los efectosplacenteros del alcohol. Otros presentan una variaciónen la transmisión GABA que los vuelve especialmente sensiblesal efecto sedante del alcohol, lo que disminuye el riesgode desarrollar alcoholismo. El cerebro se adaptaal consumo crónico de alcohol reduciendo la transmisiónde GABA, dopamina y endorfinas y aumentando la producción de glutamato. Esto quiere decirque los bebedores asiduos suelen tener ansiedad, dificultadespara dormir y experimentan menos placer. Estos cambios estructurales y funcionalespueden producir un consumo excesivo, cuando beber se siente como algo normaly no beber se siente incómodo. Se establece así un círculo vicioso. Así que tanto la genéticacomo las experiencias previas afectan la forma en quese experimenta el alcohol: algunas personas son más propensasa ciertos hábitos de consumo que otras, y un historial de consumo conllevacambios neuronales y de comportamiento.