A la mitad del camino entre el Atlántico y el Mediterráneo, muy cerca de los Pirineosy sus montañas nevadas, se ubica Toulouse, en el sur de Francia. Si bien muchas de las principalesciudades francesas están hechas con piedra, Toulouse fue construida con ladrillos. Estos ladrillos, que solían versecomo señal de pobreza, son un orgullo en la actualidad. Durante el día, su colorva de rojo a naranja y rosa, por lo que también se le conoce como “La Ville Rose”(la ciudad rosa). Entre sus bellos edificios de ladrillosdestacan los religiosos. Recuerda iral Convento de los Jacobinos para contemplar la impresionante bóveda del lugar de descanso eternode Tomás de Aquino. Después, sube al campanario y aprecia los techos color terracotay las angostas calles medievales. Tal como lo hacen muchos peregrinos,visita la Basílica de San Sernín, un sitio sagrado que forma parte delos Caminos de Santiago en Francia. Con un fragmento de la cruz cristianay los restos de más de 100 santos, este lugar tienela colección de reliquias religiosas más grande fuera del Vaticano. Toma la calle Croix Baragnonpara llegar a una de las iglesias más icónicas de Francia: la Catedral de Toulouse. Aunque su diseño cambió muchas veces en los 500 años que duró su construcción, esta extraña mezcla de estilos prueba que la belleza de la vidaestá en la imperfección. Los museos y los edificios de gobierno también le dan vida a Toulouse. El corazón de la ciudad es el Capitolio, cuyas paredes celebran sus grandes hechos históricos, sus cuatro estaciones y el amor en sí. Descubre el pasado romano de la ciudaden el Museo Saint-Raymond. Viaja en el tiempoen la Galería de los Emperadores, un lugar con increíbles bustos en mármol descubiertos a unos 65 km de aquí,en la villa romana de Chiragan. Las paredes de piedracuentan historias y secretos a través de sus bóvedas, escaleras y claustros medievalesen el Museo de los Agustinos. Hogar de joyas del arte de diversas épocas, este convento del siglo XIVtambién tiene gárgolas sobrevivientes de guerras y del paso del tiempo. Hablar de la cuarta ciudad más grande de Francia significa hablar de sus colores pintorescos. Mientras el rosa de los ladrillos le da su apodo, el azul es el colorque le trajo una gran riqueza. Aquí verás muchas mansionesconstruidas en el siglo XV por mercaderes que amasaron fortunas cuando Toulouseera la meca del comercio. Destaca el Hotel de Assézat, donde se encuentra una de las mejores colecciones de arte renacentista e impresionista de Europa. El azul, presente tanto en las telas como en el cielo,sigue trayendo prosperidad a Toulouse. En el Museo Aeronáutico Aeroscopia descubrirás el gran legado de la aviación en la ciudad, desde su accidentado origenhasta el diseño y la manufactura de la aeronave más emblemática del mundo. En la Cite de l’Espace, verás cómo la vocación aeroespacial de Toulouseha ayudado a los humanos a llegar más lejosde lo que jamás hubieran podido imaginar. Sin importar qué tantos destinos conozcas, Toulouse te sorprenderá con sus jardinesúnicos en el mundo. Relájate entre los árboles y las floresdel Jardín Royal y del Jardín des Plantes para después continuarcon los demás atractivos de la ciudad. Prueba las deliciasdel Mercado Víctor Hugo, contempla el río Garona en su trayectoa Burdeos o pasea en bicicleta sin rumbo alguno. Ven a Toulouse y descubrepor ti mismo que el color rojizo de sus ladrillosno es lo único notable de la ciudad. También lo son sus amables habitantes,quienes la hacen un lugar de ensueño. Déjate conquistarpor la deslumbrante belleza de Toulouse, desde sus lindas calles hasta sus hermosos tonos rosas.