Una postura correcta sobre la bici es fundamental para disfrutar al 100 por 100 de nuestras salidas y, además, nos ayudará a evitar molestias, lesiones y a mejorar nuestro rendimiento. En este vídeo os contamos los puntos más importantes para tener en cuenta. ¡Empezamos! CABECERA Este vídeo es una guía inicial en la que damos unos puntos básicos de los que partir para que podáis ajustar vuestra bici. También os remitiremos a otros vídeos del canal con explicaciones más completas ¡PERO!, si sufrís de grandes molestias, algún tipo de problema físico, dismetrías u otras circunstancias… ¡Debéis acudir a un profesional Biomecánico! En sus estudios, realizan una medición exacta de nuestro cuerpo y ajustan las medidas de la bici para que se adapte perfectamente a nosotros y no al revés. El primer consejo es que elijáis bien la talla de la bici. Sea de la modalidad que sea: montaña, carretera, eléctrica, gravel… ¡debe ser de vuestra talla! Si no es la talla correcta, ajustarla será muy difícil o imposible. Para saber qué talla elegir, haced clic AQUÍ. Y en caso de estar entre 2 tallas, dependiendo de la disciplina y uso, habitualmente será más fácil ajustar la talla inferior que la talla superior. Si estáis en este caso, consultad con un punto especializado como las tiendas Mammoth. Una vez tengamos la talla correcta, el orden en el que os vamos a dar los pasos de ajuste ha de respetarse, ya que cada uno influirá en el siguiente. El primer elemento de contacto con la bici que debemos colocar son las calas. La colocación de las calas va a determinar nuestra posición sobre el pedal e influirá en la posición de la pierna, tanto en su longitud como en su rotación, y en la potencia que podremos transferir a la transmisión. No os perdáis los vídeos que le dedicamos haciendo clic aquí. El siguiente punto de contacto con nuestra bici es el Sillín, y el primer ajuste que debemos hacer es su altura. Con más de 5 Millones de visitas, en este vídeo os contamos el método más rápido y sencillo para ajustar correctamente la altura del sillín. Ajustada la altura del sillín, tenemos que ajustarlo longitudinalmente sobre sus raíles y también su inclinación tal como indicamos en este otro vídeo. Debe ir prácticamente horizontal o con la punta inclinada hacia abajo, entre uno y cinco grados, según el tipo de bici y nuestros parámetros personales. Si va muy inclinado, caeremos hacia delante cargando mucho peso en el manillar y si va con la punta elevada, provocará mayor presión en la zona perineal lo que puede ocasionar graves molestias y adormecimiento de la zona. Si seguimos las indicaciones de estos dos vídeos, alcanzaremos la combinación idónea de la altura, avance e inclinación del sillín para una posición de pedaleo correcta. Esto nos permitirá obtener el máximo rendimiento y evitar molestias y lesiones. Y llegamos al tercer y último punto de contacto con la bici: el manillar. Su altura y distancia de alcance desde el sillín determinarán la posición de los brazos y la espalda, lo que será determinante para nuestro estilo de conducción y para nuestra comodidad. Lo habitual será buscar una posición cómoda, que permita que los codos y los hombros estén relajados y evite extensiones excesivas del tronco. Esta posición varía en función del tipo de bici, la elasticidad del ciclista, el tipo de conducción, etc.. Normalmente, la encontraremos con un ángulo de la espalda de unos 45 grados respecto a la cadera o plano horizontal, que nos permitirá un buen control de la bici, tanto en subidas como en bajadas. Pero los parámetros que acabamos de citar harán que este ángulo varíe, cerrándose en ciclistas de competición o disciplinas contrareloj, y llegando incluso a los 50º – 55º, en ciclistas recreativos o con algún tipo de problema físico que les impida llevar posturas más agresivas. Y ¿cómo influye la posición del manillar? Un manillar bajo y alejado nos aporta una posición más aerodinámica y, por tanto, mayor velocidad, con mayor control en subidas pero menor en bajadas, pues desplazamos el peso y el centro de gravedad hacia delante. Además, pueden aparecer molestias en las cervicales o adormecimiento de manos. Si subimos o acercamos el manillar, ganamos control en las bajadas y comodidad, pero perdemos aerodinámica, también podría ocasionar molestias lumbares, salvo que se trate de una bici de recreo.Como casi siempre, es cuestión de buscar un equilibrio, según las prioridades que tengamos. Un ciclista profesional de carretera o de XC, buscará una postura agresiva, que le permite ir lo más rápido posible, sin muchas concesiones a la comodidad. Pero un ciclista aficionado que va a rodar durante horas tiene que buscar una postura más cómoda. Y, mucho más, si se practican disciplinas como Enduro y DH, donde la postura se adapta totalmente al control de la bici, olvidándonos de cualquier otro factor. Para variar la altura y alcance del manillar hasta encontrar la posición adecuada, según la disciplina que se practique y las sensaciones del propio ciclista, tenemos tres elementos: La forma del propio manillar, que puedes ser plano o de doble altura y con distintas angulaciones. La potencia, que podemos elegir con distintas longitudes y grados de inclinación. Y los espaciadores del tubo de dirección. Nunca debemos utilizar el sillín para alejarnos o acercarnos al manillar, pues este se ajusta con respecto al pedalier, para tener una postura correcta de pedaleo. Con los espaciadores, podremos subir o bajar el manillar, poniéndolos por encima o por debajo de la potencia. Si, con esto, no alcanzamos la altura y alcance adecuados, tendremos que jugar con la propia potencia eligiendo la longitud y la inclinación precisas, para alejar o acercar el manillar. El ángulo de la potencia suele variar entre 0º y 17º positivos o negativos, lo que nos permite una gran variación de la posición. Para casos extremos que precisen de una altura mayor, hay potencias de hasta 35º e incluso regulables, pero suelen usarse solo en ciclismo muy recreativo, personas muy muy altas o con algún tipo de dolencia especial. Y por si esto fuera poco, la elección del ancho del manillar también va a condicionar nuestra posición sobre la bici. En carretera se toma como referencia la distancia acromioclavicular, tal y como contamos en este vídeo, pero, en el resto de las disciplinas la elección queda más abierta, para facilitar el control de la bici. A mayor ancho de manillar, nos inclinamos más al abrir los brazos y elongar más la espalda, por lo que si queréis mantener el alcance, tendréis que usar una potencia más corta. Un manillar más estrecho te posiciona más vertical y necesitaremos una potencia más larga. Por último, y muy importante, nos quedarían por ajustar las palancas de cambio y freno. Estas deben ser una extensión más de nuestro cuerpo y deben ir bien alineadas para evitar sobrecarga en las muñecas o que no podamos accionar con eficiencia las palancas. Aquí tenemos un vídeo que le dedicamos en exclusiva a esta explicación tanto para las de montaña como las de carretera. Recordad que esto es una explicación básica e inicial. No os obsesionéis con ir a la perfección durante el primer día, id probando poco a poco, notando las sensaciones que tenéis sobre la bici y viendo cuál es el ajuste que más os conviene. Cada cuerpo es único y si tenéis problemas o molestias que no conseguís aliviar lo mejor es contar con la supervisión de un profesional. Consultadnos. Esperamos que os haya gustado y para despedirnos, lo hacemos con una sonrisa que dice: Doctor! Doctor! Tengo un dolor insufrible, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí... Y dice el doctor... Oiga, usted lo que tiene es un dolor de dedo intratable. ¡Muchas gracias a todos, no olvidéis suscribiros, activar la campanita y nos vemos en el próximo vídeo!