3 creative ways to fix fashion's waste problem | Amit Kalra

3 creative ways to fix fashion's waste problem | Amit Kalra

Traductor: Paula MotterRevisor: Lidia Cámara de la Fuente Hace unos años decidí buscar la formamás económica de vestir a la moda. Lógicamente fui a parara una tienda de segunda mano, un maravilloso mundo de trastos ajenos, listos para ser recogidos y transformarse en mi preciado tesoro. Ahora bien, no buscabala típica camiseta retro de segunda mano. Para mí, el verdadero estiloes el punto donde se cruzan el diseño y la individualidad. Y para poder aprovechar al máximolo que iba comprando, compré una máquina de coser para poder adaptar prendasdel estilo de los 90 a una estética más contemporánea. Desde ese momento yo mismohago y reformo mi ropa, y por ello mi guardarropaes absolutamente personal. Pero mientras mirabaesa cantidad interminable de ropa en estas tiendas de segunda mano, me empecé a preguntar: ¿Adónde va a parartoda la ropa que no compro, las cosas que ya no estánde moda y quedan allí, arruinándose en estas tiendas de segunda mano? Yo trabajo en la industria de la moda,en el área mayorista, y noté que algunosde los artículos que vendemos terminan en las estanteríasde estas tiendas. Así, esa pregunta empezóa resonar en mi vida laboral también. Comencé a investigar y al poco tiempo descubrí una cadenade distribución alarmante que me introdujoa una inquietante realidad. Descubrí que las prendas que yo miraba en estas tiendas de segunda mano representaban una pequeña porcióndel total de prendas que desechamos cada año. En EE. UU., sólo el 15 % de todoslos desechos textiles y de prendas que anualmente se generan termina siendo donado o reciclado de alguna manera. Esto significa que el otro 85 %de los desechos textiles y de vestimentas termina en vertederos de basura cada año. Quiero ahora ponerlo en perspectiva, porque no creo que ese 85 %le hace justicia al problema. Significa que casi 13 millones de toneladas de desechos textiles y de vestimentas terminan en vertederos de basura todos los años solo en EE. UU. Esto equivale, en promedio, a 200 camisetas por persona que terminan en la basura. En Canadá desechamos tal cantidad de ropa que alcanza para llenar el estadiomás grande de mi ciudad, Toronto, cuya capacidad es para 60 000 personas, con una montaña de ropaque triplica el tamaño de ese estadio. Ahora bien, aun así, creo que los canadienses sonlos más corteses en América del Norte, así que no se enojen con nosotros. (Risas) Lo que me sorprendió aun másfue que la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, detrás del gas y del petróleo. Es importante hacer esta comparación. No defiendo la industriadel gas y del petróleo pero no sorprende saberque es la más contaminante. Simplemente, di por sentado que esa industria, con o sin razón, no se preocupa demasiadopor adherir al status quo, donde la tecnología no cambia demasiado y el objetivo está puesto en la rentabilidad a expensas de un futuro sustentable. Pero lo sorprendente fue que la industria de la moda ocupaba el segundo lugar. Porque mantener el status quo se opone a lo que la industriade la moda representa. La lamentable realidad es no sólo que desperdiciamosgran parte de lo que consumimos, sino que usamos mucho para producirlas prendas que compramos cada año. En promedio, las prendasque compra una familia por año requieren 1000 cubos de bañollenos de agua para ser producidas. Mil cubos de baño, por familia, por año. Es mucha agua. Parece ser que la industria, que siempre ha estado y probablemente siempre estaráa la cabeza del diseño, crea productos diseñados para sercómodos, modernos y expresivos, pero no están realmente diseñadospara ser sustentables o reciclados, para el caso. Pero esto puede cambiar. Creo que la aptitud de la industriade la moda para el cambio es justamente lo que deberíallevarla a defender prácticas comerciales sustentables. Para empezar, habría que diseñarindumentaria que fuera reciclable al final de su vida útil. Eso sí, el diseñode vestimentas reciclables debe ser tarea exclusivade los profesionales. Pero, como aficionado de 24 añosa las tiendas de segunda mano, equipado con una máquina de coser, humildemente propondría diseñar ropacon el concepto de los bloques de Lego. Cuando unimos los ladrillos de Lego, son fuertes, pero fáciles de manipular. Por naturaleza, se basa en módulos. El diseño de ropa, tal y comoestá concebido hoy, es muy poco modular. Tomemos esta chaqueta como ejemplo. Es una chaqueta común, con sus botones,sus cremalleras y sus ribetes. Pero para poder reciclarlade manera efectiva, primero hay que poder retiraresos accesorios con facilidad y quedarse con el género. Una vez que tenemos el género, hay que rasgarlo, deshilacharlo y volver a fabricar hilospara hacer una nueva tela y, finalmente, nuevas prendas, sea una nueva chaqueta o camiseta, por ejemplo. Pero este proceso se dificultapor los elementos extra: los botones, las cremallerasy los ribetes. Ocurre que estas cosas son realmente difíciles de quitar, y suele demandar más tiempo o más dinero desmontar una chaqueta como esta. A veces, resulta más económicodeshacerse de ella que reciclarla. Pero esto puede cambiar si diseñamosprendas con el concepto de módulos para poder desmontarlas fácilmenteuna vez cumplida su vida útil. Esta chaqueta podría rediseñarse con una estructura de alambreoculta en su interior, como el esqueleto de un pez, que mantiene unidaslas piezas importantes. Esta estructura invisibleen forma de esqueleto puede contener las cremalleras,los botones y los ribetes cosidos a esa estructuray luego adosados a la tela. Así, cuando la vida útil de la prenda llega a su fin, basta retirar el esqueletoy la tela queda libre mucho más rápido y fácil que antes. Ahora bien, el reciclado de prendases una pieza del rompecabezas. Pero si deseamos tomar más en serio la solución al impacto ambientalcausado por la industria de la moda, debemos dar otro paso,que es empezar a diseñar prendas que puedan descomponerse al final de su vida útil. La mayoría de la ropa que usamos tiene una vida media de tres años. Sé que muchos guardamosjoyas en los cajones, desde hace mucho más tiempoque esa ropa, lo cual está muy bien. Porque prolongar la vida útilde una prenda por al menos nueve meses reduce en un 20-30 %los residuos y el uso de agua que esa prenda ha ocasionado. Pero la moda es la moda. Esto significa que los estilossiempre irán cambiando y quizá, de acá a ocho temporadas,usaremos una ropa distinta a la que usamos hoy, por mucho que queramosdefender el medio ambiente. Pero, por suerte, algunos artículosnunca pasan de moda. Me refiero a las prendas básicas: calcetines, ropa interior, incluso los pijamas. Nos da culpa usar estas prendashasta dejarlas en pésimas condiciones, y muchas veces las tiramos a la basura porque no quedaría muy bien donar nuestros calcetines, viejos,rotos y agujereados a una tienda de segunda mano. Pero ¿y si pudiéramosdescomponer estas prendas en lugar de tirarlas al bote de basura? Los beneficios ambientales podrían ser inmensos, y lo único que debemos hacer es asignar más recursos para fabricar este tipo de prendasusando fibras más naturales, como 100 % de algodón orgánico. Ahora bien, el recicladoy la descomposición son dos prioridades fundamentales. Pero hay algo másque debemos replantearnos: la forma en que se tiñen los géneros. Actualmente, del 10 al 20 % de las tinturas químicas en uso terminan en cuerpos de aguacercanos a centros de producción en países en desarrollo. El tema es que estos químicos agresivos son muy efectivos en mantenerel color de una prenda un largo período de tiempo. Son estos los químicoslos que hacen que el rojo intenso de un vestido conserveese tono por muchos años. Pero ¿y si usáramos algo diferente? ¿Qué pasaría si usáramos lo que hayen el armario de la cocina para teñir la ropa? ¿Por qué no usar especias y hierbaspara teñir las prendas? Existe una infinidad de alimentosque permiten teñir telas, pero esas tinturascambian de color con el tiempo, dándoles una apariencia muy distintaa las teñidas con químicos agresivos, que son las que usamos. Pero teñir las prendasde manera natural nos permitiría adoptar un estilo más personal y sermás respetuosos del medio ambiente. Pensémoslo. La moda actual está ligadaa la individualidad. Tiene que ver con manejar la apariencia personal y ser lo suficientemente distintopara destacarse. Hoy en día, todos pueden mostrar su marca, su estilo personal, a todo el mundo, en las redes sociales. Los pequeños anuncios que vemos en las publicacionesde Instagram están repletas de modelosy creadores de tendencias que exhiben su individualidad a través de sus micromarcas personales. Pero ¿qué podría sermás personalizado, más exclusivo, que prendas que cambiande color con el tiempo? Prendas que con cada lavadoy con cada postura se transforman en únicas. Los jeans rasgados tienen gran aceptacióndesde hace varios años, de manera que serían otro ejemplode prendas que tenemos en el closet y que evolucionan con nosotros. Esta camisa, por caso, para disgusto de mi madrey del estado de su cocina, la teñí en mi casa, con cúrcuma,antes de venir hoy aquí. Esta camisa nunca aparecerá en publicaciones de nuestro Instagram. Es única, pero lo más importante esque está teñida de manera natural. No sugiero con esto que todos deberían teñir sus prendasen el fregadero de la cocina. Pero si pudiéramos aplicar este proceso, u otro parecido, a escala comercial, seríamos mucho menos dependientes de estos químicos agresivospara poder teñir prendas. La industria de la moda se estima enUSD 2.4 billones, y es ferozmente competitiva. Por ello, si un productopuede comercializarse a escala y a su vez se le asegura al cliente que cada prenda serámás exclusiva con el tiempo, ese producto tendrá una gran ventaja competitiva. Hace años que las marcas ofrecenpersonalizar sus productos. El ascenso de servicios de comercio electrónico, como Indochino, plataformapara diseñar la propia ropa, y Tinker Tailor, otra plataformapara personalizar prendas, han permitido al cliente adaptarlas prendas a su gusto, desde el sofá. Nike y Adidas llevan años liderando las plataformasde personalización de calzado. Poder ofrecer individualidad a escalaes un desafío que debe enfrentar la mayoría de los negociosde venta directa al público. En definitiva, si esto se logra y a la vez se ofreceun producto ecológico, podría producirse un verdaderocambio sísmico en la industria. Y en este punto, no se trata sólo de beneficiar al medio ambiente, sino de cuál es el balance final. No existe una solución para todoy ninguna se logra en un solo paso. Pero podemos empezar diseñando prendas con la ideade que alguna vez les llegará su fin. La industria de la modaes la industria perfecta para experimentar y adoptar los cambios que nos lleve al futuro sustentable que tan imperiosamente necesitamos. Gracias. (Aplausos)

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